sábado, 14 de febrero de 2009

"América Latina crecerá pese a la brusca desaceleración económica mundial"

Nicolás Eyzaguirre, actual ejecutivo del FMI, dimensiona el efecto de la crisis

“Ayudar a que la crisis mundial no se agrave y no golpee fuertemente a Latinoamérica”, es la prioridad que tiene hoy Nicolás Eyzaguirre. Desde un sitial privilegiado, como es su cargo de director del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), precisamente su tarea involucra cubrir Estados Unidos.

“Es importante hacer buenas sugerencias de política a Estados Unidos para evitar que la crisis se intensifique y también tener instrumentos de financiamiento adecuadamente diseñados para que los países puedan recibir la asistencia del Fondo y minimizar los efectos de la crisis” , expone el ex ministro de Hacienda chileno.

En su primera entrevista, que se la concedió a la publicación del organismo “Boletín en línea”, agrega que “ya vendrá el tiempo para sacar las conclusiones y ver que cambios debemos hacer tanto en los países que fueron originarios de la crisis como los países que, de alguna forma, han recibido sus efectos”.

A continuación, se reproduce un extracto de la citada entrevista, difundida ayer por el Fondo.

- ¿Qué impacto va a tener esta crisis global sobre América Latina?

- Tenemos que tener presente lo que ha dicho el director gerente hace pocos días, que el 2009 va a ser el peor año para la economía mundial en 60 años y, por tanto, pensar que América Latina puede quedar libre de algún efecto negativo sería una ilusión. Lo que sí creemos es que esta vez América Latina, no obstante la brusca desaceleración de la economía mundial, se va a mantener creciendo, si bien a una tasa bastante más modesta comparado con los últimos años.

- ¿Qué pueden hacer las economías latinoamericanas para tratar de paliar el impacto?

- Quisiera, en primer lugar, decir que han hecho mucho. Durante la crisis de 1982, en que el mundo creció algo más de lo que esperamos crezca este año, Latinoamérica cayó en una recesión. Esto es, su Producto se contrajo, y no sólo en 1982 sino también durante 1983. En tanto, este año estamos esperando que crezca en alrededor de 1%. Esto es, vemos como las políticas que han sido adoptadas durante el último tiempo han preparado la región para resistir mucho mejor eventuales temporales que vengan desde afuera. Para ser más concreto, comparados con el pasado, las finanzas públicas y los sistemas financieros son mucho más sólidos y la flexibilidad de las políticas monetarias y cambiarias es mucho mayor.

Creemos que se puede hacer más para reducir vulnerabilidades, incluso durante la crisis. Y para eso se necesita una cierta cooperación o partnership entre lo que puedan hacer los países y lo que acá desde el FMI podamos hacer. Estamos pensando que todavía hay países que pueden mejorar sus sistemas financieros y posiblemente van a necesitar apoyo del Fondo. Y el Fondo Monetario Internacional está listo para ayudar.

- El Salvador ha recurrido al FMI con un stand-by precautorio, una especie de seguro que acaba de aprobarse, ¿ve algunos otros países con una política similar?

- El Salvador es un buen ejemplo. Recurrió al Fondo a través de un stand-by precautorio, con el compromiso de los candidatos presidenciales de mantener ciertos lineamientos de política económica.

La forma en que usted estabiliza y evita que la economía sufra de mayor volatilidad es dándole a los agentes económicos cierta certidumbre respecto de cuáles serán las políticas futuras, eso es un caso.

Entonces, tener una línea contingente del Fondo, que pueda ser usada en la eventualidad de que los mercados sobrerreaccionen, es de utilidad.

Los efectos de la crisis

- ¿Ve usted un retroceso significativo en los logros que se alcanzaron contra la pobreza en años recientes debido a la crisis?

- Con una visión de largo plazo, diría que no. Sin duda alguna en latinoamérica y en otras regiones los pobres son los más vulnerables, no en términos absolutos sino también en términos relativos, esto es, son los que más sufren durante las crisis macroeconómicas o durante una desaceleración.

Dado que la desaceleración esta vez será moderada, los logros alcanzados en términos de abatir la pobreza serán menos afectados que en otras ocasiones.

En todo caso, el Fondo ha insistido que, si hay cualquier necesidad de consolidación fiscal, ésta no debe ser a expensas de aquellos programas para combatir la pobreza, que han sido incrementados en muchos países con mucho éxito.

- ¿Cree que esta crisis global pueda causar una especie de rechazo a las políticas pro-mercado adoptadas en años recientes?

- El desafío es grande porque cuando los países han hecho esfuerzos por mejorar sus políticas, ven que hay una crisis que surge en otra parte, en Estados Unidos, y que no obstante los esfuerzos que han hecho para prepararse mejor, las economías se contraen o sube la pobreza, viene un momento de desaliento.

Por eso, estamos insistiendo, en el diálogo que tenemos con las autoridades, que hagan todo lo posible, sobre todo aquellos países que se han preparado mejor, para mitigar los efectos de la crisis. Pero debe estar claro para todos que las políticas que se siguieron en los últimos años permitirán que esta vez los efectos adversos sean notablemente menores que en otras ocasiones.

- Esta es la segunda vez que usted está en el FMI, la primera como Director Ejecutivo, represando a Chile y a otros países, hace 10 años. ¿Ha notado usted cambios significativos en la institución?

- Bueno, llevo relativamente poco tiempo, pero lo que siento es que el FMI hoy día pone mucho más acento en su apertura, en su transparencia y que los temas de pobreza siempre están en la primera línea de los programas que está apoyando.

Via Diario Financiero

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