Sin señales aparentes de distensión, el diferendo occidental con Rusia respecto a los casos de Osetia del Sur y Abjasia, entró hoy en un capítulo más complejo al plantearse posibles sanciones a Moscú. De acuerdo con el canciller francés, Bernard Kouchner, quien habló en nombre de la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) que ejerce su país, el bloque comunitario considera aplicar medidas coercitivas contra Rusia.
Kouchner adelantó así algunas de las expectativas de la Cumbre de la UE convocada para el próximo lunes en Bruselas, en relación con la crisis en Georgia, acentuada por el reconocimiento de Moscú a la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.
Sin embargo, el jefe de la diplomacia de París admitió que se trata de un asunto muy delicado. “Esto se arreglará mediante la negociación, aunque hará falta tiempo, no nos hagamos ilusiones”, acotó.
Sus declaraciones tuvieron lugar esta mañana durante la XVI Conferencia de Embajadores de Francia que sesiona aquí, en la cual el propio jefe de Estado, Nicolás Sarkozy, se pronunció por “rebajar tensiones” en el tema de Georgia, Rusia y las regiones separatistas.
En la misma línea de su ministro del Exterior, Sarkozy subrayó que París no es partidario de cortar los nexos con Moscú y en tal sentido expuso que habló la víspera por separado con sus homólogos Dmitri Medvedev (Rusia) y Mijail Saakasvili (Georgia).
El inquilino del Palacio del Elíseo comentó que en sus conversaciones pidió tanto a Medvedev como a Saakasvili que se apliquen plenamente los seis puntos del acuerdo de alto al fuego en esa zona, alcanzado con la mediación francesa.
Sin embargo, tanto Sarkozy como Kouchner habían acusado ayer a Rusia de querer cambiar el mapa de Europa con el reconocimiento de Osetia del Sur y Abjasia, a lo cual Medvedev respondió que si se desea evitar una guerra fría, la UE deberá mostrar buena voluntad.
Fausto Triana
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jueves, 28 de agosto de 2008
martes, 26 de agosto de 2008
Objetivo: frenar a Rusia y controlar su petróleo
El conflicto producido en Georgia no es nuevo ni surgió por casualidad. Se trata de un asunto que se viene arrastrando desde hace años, en el que hay que considerar tres aspectos importantes. Por un lado la recuperación de Rusia, lo que sitúa a ese país nuevamente entre los grandes, a lo que se agrega la dependencia de los europeos del petróleo ruso y la pugna por la hegemonía mundial que Estados Unidos está perdiendo. Georgia no figuraría en esta historia si no fuera por su ubicación geográfica, que su presidente y Bush están utilizando para sus propios fines.
Sin embargo, la imagen que se ha proyectado del asunto es totalmente diferente y la responsabilidad recae en los medios de comunicación que, mayoritariamente y a nivel mundial, están en manos de los grandes grupos de poder económico, los que también participan en la pugna por la hegemonía, porque de la forma en que se resuelva depende el futuro de sus negocios. No es un tema menor y, sin embargo, no se lo está tratando como se debiera.
En este marco Georgia atacó a la separatista Osetia del Sur, que quedó en su territorio porque formaba parte de la República Socialista de Georgia, que a su vez pertenecía a la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS. Los osetios del sur, rusos en su mayoría, han manifestado siempre su deseo de unirse a Osetia del Norte, lo que les es negado. En igual situación se encuentra la también separatista Abjasia, ubicada al lado opuesto de Osetia del Sur.
Estas dos regiones tienen importancia geopolítica y económica no por sí mismas sino por el lugar que ocupan. Ambas limitan con Rusia, Abjasia sale al Mar Negro, que es un punto estratégico para Rusia, que enfrenta dos situaciones clave para su futuro: por un lado la expansión de la OTAN y por el otro la instalación en las ex repúblicas soviéticas que se encuentran en su entorno de los misiles antibalísticos de Estados Unidos, todo lo cual se relaciona con la riqueza petrolera rusa.
La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), que originalmente abarcaba a Europa Occidental y Estados Unidos, se ha ido ampliando hacia el oriente, para incluir gradualmente a los países que antes formaron parte de la Unión Soviética, lo que de hecho ha ido cercando a Rusia. Esta situación ha sido discutida por la OTAN y Rusia en diferentes reuniones y se había traducido hasta ahora en una actitud cautelosa de los europeos, que dependen en gran medida del abastecimiento energético que le proporciona Rusia. Justamente por eso, el ingreso de Georgia y Ucrania a la OTAN había quedado en suspenso.
Alemania y Francia, en particular, habían sido los más cautos y en la práctica le propinaron una gran derrota a George Bush en la reunión de la OTAN efectuada en abril de este año en Bucarest, la capital rumana, donde no se aprobó el ingreso de las dos ex repúblicas soviéticas mencionadas. En compensación el presidente francés ofreció considerar el reingreso total de su país a la OTAN una vez que concluya su período como presidente de la Unión Europea. De esa manera, el asunto de Georgia y Ucrania no fue rechazado sino que quedó en espera.
Los acontecimientos de Osetia del Sur no han alterado el acuerdo de Bucarest, que es lo que obviamente se buscaba por la parte georgiana y estadounidense. No parece casual que Georgia enviara tropas a Osetia y desencadenara el conflicto, como algunos ya lo están reconociendo, y que eso sirviera, además, para opacar los Juegos Olímpicos de China, o que los hechos coincidieran en el tiempo con un nuevo aniversario de la intervención soviética en la ex Checoslovaquia, que se cumplió el miércoles pasado. El manejo mediático del asunto georgiano ha buscado sugerir una similitud.
ESTADOS UNIDOS
Al amparo de este conflicto, que para muchos fue promovido por Estados Unidos, país que ha armado y entrenado a las fuerzas armadas de Georgia, la administración Bush ha pretendido adoptar una postura de defensor de los principios que paralelamente está violando en otras áreas. El mandatario estadounidense declaró que “Rusia debe cumplir con el acuerdo y retirar sus fuerzas y, por supuesto, poner fin a las operaciones militares. Este acto es completamente inaceptable para todos los países libres del mundo”.
Se le olvidó a Bush que él ordenó la invasión de Afganistán e Irak? Su secretaria de Estado Condoleeza Rice era partidaria de imponer “castigos” a Rusia, pero sus ímpetus no encontraron acogida, especialmente en el canciller alemán, que fue de opinión de solucionar la crisis con consulta y negociación con Rusia. Pero Rice, que promovió la teoría de la guerra preventiva para invadir Irak con base en acusaciones falsas, estaba realmente exaltada, formuló amenazas en nombre de la OTAN y atacó en forma desusada a Rusia, asegurando que su reputación estaba “hecha trizas”.
Y es que para la administración Bush el tiempo se está acabando y los objetivos del grupo gobernante no se han alcanzado. Lejos de consolidarse como la potencia hegemónica todopoderosa en un mundo unipolar, Estados Unidos enfrenta múltiples desafíos. Todos los análisis apuntan a que en el futuro surgirán cuando menos tres centros de poder mundial: la Unión Europea, la región conformada por Rusia, China, India y el sudeste asiático en general y que Estados Unidos tendrá que buscar su ámbito para seguir siendo potencia. Esto último fue planteado en un libro por un grupo de generales europeos pertenecientes a la OTAN. La búsqueda de ese entorno es la gran amenaza que pende sobre América Latina, porque los otros dos centros de poder también miran hacia nosotros.
Esa es otra de las razones para que se haya hecho explotar el conflicto en Georgia.Rusia está en condiciones de llegar a acuerdos políticos y económicos con países que Estados Unidos considera su área de influencia, concepto que ya esta abolido de hecho en el mundo global, pero los estadounidenses sólo ven las ventajas que les aportan los tratados de libre comercio y los negocios que pueden hacer sus clanes económicos, entre ellos el de los Bush.
Los europeos tienen más claro que las áreas de influencia defendidas por Washington ya no existen, pero ni a ellos ni a Estados Unidos les conviene admitirlo, porque es franquearle el paso a Rusia, que se lo ha abierto por sus propios medios, al igual que China. Lo sucedido en Georgia se inscribe en este panorama y quedan aún otros asuntos que provocarán nuevos problemas, como la confrontación ruso-estadounidense por el Ártico, región de gran riqueza, donde ambos reclaman derechos.
Al próximo presidente de los Estados Unidos le esperan muchos problemas y, mientras termina su mandato, George Bush debería hacerle caso a Paul Craig Roberts, economista republicano que fue Secretario del Tesoro Asistente en el gobierno de Reagan, quien escribió un excelente artículo titulado Presidente Bush: cállese, por favor, publicado en Counterpunch, donde formula quemantes acusaciones al mandatario, a sus colaboradores y a toda su gestión de gobierno, afirmando que Estados Unidos no es una potencia y recuerda que “El 12 de agosto de 2008, el diario Pravda también ridiculizó a Bush con: ’¿Bush por qué no se calla´?”.
Frida Modak
Enlace a El Clarin
Sin embargo, la imagen que se ha proyectado del asunto es totalmente diferente y la responsabilidad recae en los medios de comunicación que, mayoritariamente y a nivel mundial, están en manos de los grandes grupos de poder económico, los que también participan en la pugna por la hegemonía, porque de la forma en que se resuelva depende el futuro de sus negocios. No es un tema menor y, sin embargo, no se lo está tratando como se debiera.
En este marco Georgia atacó a la separatista Osetia del Sur, que quedó en su territorio porque formaba parte de la República Socialista de Georgia, que a su vez pertenecía a la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS. Los osetios del sur, rusos en su mayoría, han manifestado siempre su deseo de unirse a Osetia del Norte, lo que les es negado. En igual situación se encuentra la también separatista Abjasia, ubicada al lado opuesto de Osetia del Sur.
Estas dos regiones tienen importancia geopolítica y económica no por sí mismas sino por el lugar que ocupan. Ambas limitan con Rusia, Abjasia sale al Mar Negro, que es un punto estratégico para Rusia, que enfrenta dos situaciones clave para su futuro: por un lado la expansión de la OTAN y por el otro la instalación en las ex repúblicas soviéticas que se encuentran en su entorno de los misiles antibalísticos de Estados Unidos, todo lo cual se relaciona con la riqueza petrolera rusa.
La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), que originalmente abarcaba a Europa Occidental y Estados Unidos, se ha ido ampliando hacia el oriente, para incluir gradualmente a los países que antes formaron parte de la Unión Soviética, lo que de hecho ha ido cercando a Rusia. Esta situación ha sido discutida por la OTAN y Rusia en diferentes reuniones y se había traducido hasta ahora en una actitud cautelosa de los europeos, que dependen en gran medida del abastecimiento energético que le proporciona Rusia. Justamente por eso, el ingreso de Georgia y Ucrania a la OTAN había quedado en suspenso.
Alemania y Francia, en particular, habían sido los más cautos y en la práctica le propinaron una gran derrota a George Bush en la reunión de la OTAN efectuada en abril de este año en Bucarest, la capital rumana, donde no se aprobó el ingreso de las dos ex repúblicas soviéticas mencionadas. En compensación el presidente francés ofreció considerar el reingreso total de su país a la OTAN una vez que concluya su período como presidente de la Unión Europea. De esa manera, el asunto de Georgia y Ucrania no fue rechazado sino que quedó en espera.
Los acontecimientos de Osetia del Sur no han alterado el acuerdo de Bucarest, que es lo que obviamente se buscaba por la parte georgiana y estadounidense. No parece casual que Georgia enviara tropas a Osetia y desencadenara el conflicto, como algunos ya lo están reconociendo, y que eso sirviera, además, para opacar los Juegos Olímpicos de China, o que los hechos coincidieran en el tiempo con un nuevo aniversario de la intervención soviética en la ex Checoslovaquia, que se cumplió el miércoles pasado. El manejo mediático del asunto georgiano ha buscado sugerir una similitud.
ESTADOS UNIDOS
Al amparo de este conflicto, que para muchos fue promovido por Estados Unidos, país que ha armado y entrenado a las fuerzas armadas de Georgia, la administración Bush ha pretendido adoptar una postura de defensor de los principios que paralelamente está violando en otras áreas. El mandatario estadounidense declaró que “Rusia debe cumplir con el acuerdo y retirar sus fuerzas y, por supuesto, poner fin a las operaciones militares. Este acto es completamente inaceptable para todos los países libres del mundo”.
Se le olvidó a Bush que él ordenó la invasión de Afganistán e Irak? Su secretaria de Estado Condoleeza Rice era partidaria de imponer “castigos” a Rusia, pero sus ímpetus no encontraron acogida, especialmente en el canciller alemán, que fue de opinión de solucionar la crisis con consulta y negociación con Rusia. Pero Rice, que promovió la teoría de la guerra preventiva para invadir Irak con base en acusaciones falsas, estaba realmente exaltada, formuló amenazas en nombre de la OTAN y atacó en forma desusada a Rusia, asegurando que su reputación estaba “hecha trizas”.
Y es que para la administración Bush el tiempo se está acabando y los objetivos del grupo gobernante no se han alcanzado. Lejos de consolidarse como la potencia hegemónica todopoderosa en un mundo unipolar, Estados Unidos enfrenta múltiples desafíos. Todos los análisis apuntan a que en el futuro surgirán cuando menos tres centros de poder mundial: la Unión Europea, la región conformada por Rusia, China, India y el sudeste asiático en general y que Estados Unidos tendrá que buscar su ámbito para seguir siendo potencia. Esto último fue planteado en un libro por un grupo de generales europeos pertenecientes a la OTAN. La búsqueda de ese entorno es la gran amenaza que pende sobre América Latina, porque los otros dos centros de poder también miran hacia nosotros.
Esa es otra de las razones para que se haya hecho explotar el conflicto en Georgia.Rusia está en condiciones de llegar a acuerdos políticos y económicos con países que Estados Unidos considera su área de influencia, concepto que ya esta abolido de hecho en el mundo global, pero los estadounidenses sólo ven las ventajas que les aportan los tratados de libre comercio y los negocios que pueden hacer sus clanes económicos, entre ellos el de los Bush.
Los europeos tienen más claro que las áreas de influencia defendidas por Washington ya no existen, pero ni a ellos ni a Estados Unidos les conviene admitirlo, porque es franquearle el paso a Rusia, que se lo ha abierto por sus propios medios, al igual que China. Lo sucedido en Georgia se inscribe en este panorama y quedan aún otros asuntos que provocarán nuevos problemas, como la confrontación ruso-estadounidense por el Ártico, región de gran riqueza, donde ambos reclaman derechos.
Al próximo presidente de los Estados Unidos le esperan muchos problemas y, mientras termina su mandato, George Bush debería hacerle caso a Paul Craig Roberts, economista republicano que fue Secretario del Tesoro Asistente en el gobierno de Reagan, quien escribió un excelente artículo titulado Presidente Bush: cállese, por favor, publicado en Counterpunch, donde formula quemantes acusaciones al mandatario, a sus colaboradores y a toda su gestión de gobierno, afirmando que Estados Unidos no es una potencia y recuerda que “El 12 de agosto de 2008, el diario Pravda también ridiculizó a Bush con: ’¿Bush por qué no se calla´?”.
Frida Modak
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lunes, 25 de agosto de 2008
Osetia del Sur: ¿Qué pasó, qué pasará?
Juan Gelman analiza la crisis del cáucaso desenmascarando los intereses de Bush y el Pentágono para iniciar una guerra con Rusia
Juan Gelman*
Hay muchos puntos oscuros en el conflicto ruso-georgiano, pero algunos están claros. Georgia atacó a Osetia del Sur y prácticamente destruyó la capital, Tsjinvali. Zonas residenciales, la universidad, los hospitales, fueron barridos con el resultado de 1.500 civiles osetios muertos, según fuentes rusas y occidentales.
"El bombardeo de la fuerza aérea y de la artillería dejó a la capital sin agua, alimentos, electricidad y gas" (AP, 9-8-08). La respuesta rusa fue aplastante y también eso está claro. Lo oscuro es por qué Tiflis, amiguísima de la Casa Blanca y viceversa, emprendió una aventura condenada al fracaso de antemano.
Georgia es una avanzada militar de EE.UU. y la OTAN en la frontera con Rusia y no se encuentra lejos del conflicto que arde en Asia Central; Osetia del Sur es la encrucijada de oleoductos y gasoductos estratégicos para Occidente. En abril pasado, W. Bush apoyó en todos los tonos el pedido de Georgia de ingresar en la OTAN, no sin cierta inquietud de los europeos. No obstante, la OTAN prometió enviar asesores militares en diciembre próximo. Se adelantó el Pentágono: en julio instaló más de mil marines y soldados en la base militar georgiana de Vaziani, en la frontera con Osetia del Sur, para adiestrar a las tropas georgianas en misiones de combate. Efectivos estadounidenses -1.200- y georgianos -800- efectuaron maniobras conjuntas a mediados de julio en un operativo bautizado "Respuesta inmediata". El ataque fue en agosto. Rara coincidencia, ¿verdad?
Georgia incrementó notoriamente su capacidad militar en el 2007. El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa asentó en el documento titulado "Sobre la ayuda militar a Georgia de otros países" (blog.wired.com/defense, 19-5-08) que Tiflis había recibido "206 tanques, de los que 175 fueron proporcionados por los estados de la OTAN, 186 vehículos blindados (126 de la OTAN), 79 cañones (67 de la OTAN), 15 helicópteros (12 de la OTAN), 70 morteros, diez sistemas de misiles tierra-aire, ocho aviones de reconocimiento sin piloto de Israel y otras armas". No es difícil colegir que la acción fue preparada y coordinada por militares estadounidenses y otaneros. También israelíes: el diario Ha'aretz, de Tel Aviv, informó que Temur Yakobashili, ministro georgiano de Asuntos de Reintegración (de las repúblicas autónomas de Abjasia y Osetia, territorios que alguna vez fueron de Georgia) declaró que "Israel debería sentirse orgulloso de sus militares, que entrenaron a los soldados georgianos". Esto sugeriría que el tablero de juego es mucho más amplio que Osetia del Sur.
Georgia no forma parte de la OTAN. Oficialmente. De hecho, sí: en abril de 1999 acordó, apenas finalizada la guerra en Yugoslavia, una alianza militar con la OTAN y desde entonces Tiflis ha recibido un incesante flujo de armas de técnica avanzada. Este acuerdo sirve para proteger los intereses de los gigantes petroleros en Medio Oriente y Asia Central. Israel, por su parte, está asociado a la explotación del ducto Bakú-Tiflis-Ceyhan, controlado por la British Petroleum, que transporta petróleo y gas natural de Azerbaiján: recibe por ese medio más del 20 por ciento del oro negro que necesita. Este ducto ha cambiado la geopolítica de la región y fundado un nuevo bloque prooccidental que integran Azerbaiján, Georgia, Turquía e Israel. Ahí no terminan las aspiraciones israelíes en la materia.
Tel Aviv no sólo quiere energéticos para su propio consumo: también aspira a reexportar el petróleo del Caspio a los mercados asiáticos vía el puerto de Eliat y negocia con Turquía la construcción de ductos que transportarán agua, electricidad, gas natural y "petróleo que Israel destinará luego al Lejano Oriente" (www.jpost.com/serviet), desempeñando así un papel estratégico en la protección de esa red. Se explica que destine ayuda militar y entrenamiento a Georgia y Azerbaiján. Y luego, qué más cerquita queda Irán.
¿Qué habría perseguido EE.UU. al alentar al ataque georgiano, sabiendo cómo reaccionaría Rusia y que no tendría futuro? ¿Fue un "juego de guerra", como sus militares acostumbran a planear? ¿Busca Occidente crear un duro enfrentamiento, no necesariamente militar por ahora, con Rusia? Es el incidente más grave que los enfrenta desde la crisis de los misiles en Cuba de 1962. Moscú declaró que sus barcos de guerra no bloquearán los buques-tanque petroleros que parten del puerto georgiano de Poti en el Mar Negro, pero que se reserva el derecho de registrar todas las naves que van y vienen para impedir que Tiflis reciba armamento por mar. Los rusos hundieron ya una embarcación georgiana dotada de misiles que pretendía atacarlos (www.counterpunch.org, 12-8-08). Esto recién comienza.
____________________
*Publicado en Página/12
Juan Gelman*
Hay muchos puntos oscuros en el conflicto ruso-georgiano, pero algunos están claros. Georgia atacó a Osetia del Sur y prácticamente destruyó la capital, Tsjinvali. Zonas residenciales, la universidad, los hospitales, fueron barridos con el resultado de 1.500 civiles osetios muertos, según fuentes rusas y occidentales.
"El bombardeo de la fuerza aérea y de la artillería dejó a la capital sin agua, alimentos, electricidad y gas" (AP, 9-8-08). La respuesta rusa fue aplastante y también eso está claro. Lo oscuro es por qué Tiflis, amiguísima de la Casa Blanca y viceversa, emprendió una aventura condenada al fracaso de antemano.
Georgia es una avanzada militar de EE.UU. y la OTAN en la frontera con Rusia y no se encuentra lejos del conflicto que arde en Asia Central; Osetia del Sur es la encrucijada de oleoductos y gasoductos estratégicos para Occidente. En abril pasado, W. Bush apoyó en todos los tonos el pedido de Georgia de ingresar en la OTAN, no sin cierta inquietud de los europeos. No obstante, la OTAN prometió enviar asesores militares en diciembre próximo. Se adelantó el Pentágono: en julio instaló más de mil marines y soldados en la base militar georgiana de Vaziani, en la frontera con Osetia del Sur, para adiestrar a las tropas georgianas en misiones de combate. Efectivos estadounidenses -1.200- y georgianos -800- efectuaron maniobras conjuntas a mediados de julio en un operativo bautizado "Respuesta inmediata". El ataque fue en agosto. Rara coincidencia, ¿verdad?
Georgia incrementó notoriamente su capacidad militar en el 2007. El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa asentó en el documento titulado "Sobre la ayuda militar a Georgia de otros países" (blog.wired.com/defense, 19-5-08) que Tiflis había recibido "206 tanques, de los que 175 fueron proporcionados por los estados de la OTAN, 186 vehículos blindados (126 de la OTAN), 79 cañones (67 de la OTAN), 15 helicópteros (12 de la OTAN), 70 morteros, diez sistemas de misiles tierra-aire, ocho aviones de reconocimiento sin piloto de Israel y otras armas". No es difícil colegir que la acción fue preparada y coordinada por militares estadounidenses y otaneros. También israelíes: el diario Ha'aretz, de Tel Aviv, informó que Temur Yakobashili, ministro georgiano de Asuntos de Reintegración (de las repúblicas autónomas de Abjasia y Osetia, territorios que alguna vez fueron de Georgia) declaró que "Israel debería sentirse orgulloso de sus militares, que entrenaron a los soldados georgianos". Esto sugeriría que el tablero de juego es mucho más amplio que Osetia del Sur.
Georgia no forma parte de la OTAN. Oficialmente. De hecho, sí: en abril de 1999 acordó, apenas finalizada la guerra en Yugoslavia, una alianza militar con la OTAN y desde entonces Tiflis ha recibido un incesante flujo de armas de técnica avanzada. Este acuerdo sirve para proteger los intereses de los gigantes petroleros en Medio Oriente y Asia Central. Israel, por su parte, está asociado a la explotación del ducto Bakú-Tiflis-Ceyhan, controlado por la British Petroleum, que transporta petróleo y gas natural de Azerbaiján: recibe por ese medio más del 20 por ciento del oro negro que necesita. Este ducto ha cambiado la geopolítica de la región y fundado un nuevo bloque prooccidental que integran Azerbaiján, Georgia, Turquía e Israel. Ahí no terminan las aspiraciones israelíes en la materia.
Tel Aviv no sólo quiere energéticos para su propio consumo: también aspira a reexportar el petróleo del Caspio a los mercados asiáticos vía el puerto de Eliat y negocia con Turquía la construcción de ductos que transportarán agua, electricidad, gas natural y "petróleo que Israel destinará luego al Lejano Oriente" (www.jpost.com/serviet), desempeñando así un papel estratégico en la protección de esa red. Se explica que destine ayuda militar y entrenamiento a Georgia y Azerbaiján. Y luego, qué más cerquita queda Irán.
¿Qué habría perseguido EE.UU. al alentar al ataque georgiano, sabiendo cómo reaccionaría Rusia y que no tendría futuro? ¿Fue un "juego de guerra", como sus militares acostumbran a planear? ¿Busca Occidente crear un duro enfrentamiento, no necesariamente militar por ahora, con Rusia? Es el incidente más grave que los enfrenta desde la crisis de los misiles en Cuba de 1962. Moscú declaró que sus barcos de guerra no bloquearán los buques-tanque petroleros que parten del puerto georgiano de Poti en el Mar Negro, pero que se reserva el derecho de registrar todas las naves que van y vienen para impedir que Tiflis reciba armamento por mar. Los rusos hundieron ya una embarcación georgiana dotada de misiles que pretendía atacarlos (www.counterpunch.org, 12-8-08). Esto recién comienza.
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*Publicado en Página/12
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jueves, 21 de agosto de 2008
Rusia y Georgia: todo por el petróleo

A la hora de comentar la guerra en el Cáucaso, la mayoría de analistas estadounidenses han tendido a verla como un retorno al pasado, como una continuación de la secular y sangrienta contienda entre rusos y georgianos o, en el mejor de los casos, como una parte de los asuntos pendientes de la Guerra Fría. Muchos han hablado del deseo de Rusia de borrar la “humillación” nacional que experimentó tras el desplome de la Unión Soviética hace 16 de años, o de restaurar su “esfera de influencia” en los territorios del sur. Pero este conflicto es más sobre el futuro que sobre el pasado. Es un producto de la intensa competencia geopolítica por el control del flujo energético del mar Caspio hacia los mercados occidentales.
Por Michael T. Klare - Foreign Policy in focus
Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Àngel Ferrero
Esta lucha comenzó durante la administración Clinton, cuando las antiguas repúblicas soviéticas de la cuenca del mar Caspio se independizaron y empezaron a buscar clientes occidentales para sus recursos naturales de petróleo y gas natural. Las compañías occidentales buscaban ansiosamente firmar acuerdos de producción con los gobiernos de las nuevas repúblicas, pero se enfrentaron a un obstáculo difícil de franquear a la hora de exportar el producto resultante: como el mar Caspio no tiene salida al mar, cualquier energía existente en la región ha de viajar a través de conductos, y por aquel entonces Rusia controlaba todos los conductos disponibles. Para evitar la dependencia exclusiva de los conductos rusos, el presidente Clinton patrocinó la construcción de un oleoducto alternativo desde Bakú, en Azerbayán, a Tbilisi, en Georgia, y desde allí hacia Ceyhan, en la costa mediterránea de Turquía. Se trata del oleoducto BTC [por las siglas de Bakú, Tbilisi y Ceyhan], como se lo conoce hoy.
El oleoducto BTC, que empezó a funcionar en el 2006, pasa a través de algunas de las zonas del mundo más inestables, incluyendo Chechenia y las provincias separatistas de Abjazia y Osetia del Sur en Georgia. Con este dato en mente, las administraciones Clinton y Bush proporcionaron a Georgia cientos de millones de dólares en ayuda militar, convirtiéndola en la receptora principal de armamento y equipamiento estadounidense en el antiguo espacio soviético. El presidente Bush cabildeó a los aliados estadounidenses en Europa para acelerar los trámites para la inclusión de Georgia en la OTAN.
Todo esto, huelga decirlo, era visto desde Moscú con un inmenso resentimiento. No se trataba sólo de que los EE.UU. estaban ayudando a crear un nuevo riesgo a la seguridad de sus fronteras en el sur, sino que, lo que es más importante, frustraba cualquier intento ruso por asegurarse el control del transporte de la energía del Caspio a Europa. Incluso desde que Vladimir Putin asumió la presidencia en el 2000, Moscú ha buscado utilizar su papel clave como proveedor de petróleo y gas natural a Europa occidental y las antiguas repúblicas soviéticas como una fuente de riqueza financiera y, al mismo tiempo, de ventaja política. La consecución de este objetivo descansa principalmente en las fuentes energéticas rusas, pero también busca dominar la distribución del petróleo y del gas natural desde los estados del Caspio a Occidente.
Para favorecer sus intereses en el Caspio, Putin, y su delfín, Dmitry Medvedev -hasta hace poco presidente de Gazprom, el monopolio estatal ruso del gas natural- se han atraído (o intimidado) a los líderes de Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán para construir nuevos gasoductos a través de Rusia hacia Europa. Los europeos, temerosos de ser cada vez más dependientes de la energía proporcionada por Rusia, buscan construir canales alternativos a través del mar Caspio y a lo largo de la ruta del oleoducto BTC en Azerbayán y Georgia, circunvalando completamente Rusia.
Este es el telón de fondo en el que ha tenido lugar la lucha entre Georgia y Osetia del Sur. Los georgianos puede que solamente estén interesados en retomar el control de una zona que consideran parte de su territorio nacional, pero los rusos están enviando el mensaje al resto del mundo de que pretenden seguir controlando el grifo energético del mar Caspio, pase lo que pase. No significa necesariamente que vayan a ocupar abiertamente Georgia, pero desde luego que retendrán sus posiciones estratégicas en Abjazia y Osetia del Sur por motivos prácticos, con las bayonetas apuntando a la yugular de la BTC. Así que si incluso el alto el fuego tiene algún efecto, la lucha por los recursos energéticos -a veces oculta y secreta, a veces abierta y violenta- continuará teniendo lugar en el futuro.
******
(*)Michael T. Klare es profesor de Paz y Seguridad Mundial en la Universidad de Hampshire. Su último libro es Rising Powers, Shrinking Planet: The New Geopolitics of Energy (Metropolitan Books, 2008). El anterior libro de Klare, Blood and Oil: The Dangers and Consequences of America’s Growing Dependency on Imported Petroleum ha sido adaptado en documental. Para un avance de la película, véase: www.bloodandoilmovie.com
Enlace a texto en IAR Noticias
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domingo, 17 de agosto de 2008
La fracasada operación de Bush en Georgia
El régimen neoconservador de Bush y los medios estadounidenses ocupados por Israel llevan a un mundo inocente hacia la guerra nuclear.
Paul Craig Roberts(*)
CounterPunch
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
En los años de Reagan fue creada la Fundación Nacional por la Democracia como instrumento de la guerra fría. Actualmente la NED es una agencia controlada por los neoconservadores para la hegemonía mundial de EE.UU. Su principal función es dedicar mucho dinero estadounidense y amañar elecciones estadounidenses en antiguas partes constituyentes de la Unión Soviética a fin de rodear a Rusia con Estados marionetas de EE.UU.
El régimen neoconservador de Bush utilizó la NED para intervenir en los asuntos internos de Ucrania y Georgia, de acuerdo con el plan neoconservador de establecer regímenes políticos amigos de EE.UU. y hostiles a Rusia en esas dos antiguas partes constituyentes de Rusia y de la Unión Soviética.
La NED también fue utilizada para desmembrar la antigua Yugoslavia con sus intervenciones en Eslovaquia, Serbia y Montenegro.
Allen Weinstein, quien ayudó a redactar la legislación que estableció la NED, declaró al Washington Post en 1991 que gran parte de lo que la NED hace “actualmente fue realizado de modo clandestino por la CIA hace 25 años”.
Tras haber situado como presidente de Georgia al títere Mikhail Saakashvili, el régimen de Bush trató de introducir Georgia en la OTAN.
Los lectores han de saber que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue una alianza militar entre EE.UU. y países europeos occidentales para resistir cualquier acción soviética en Europa Occidental (y para asegurarse de que los países europeos se alinearan en apoyo de EE.UU. y compraran sus sistemas de armamentos). La OTAN ha perdido su justificación desde la implosión política de la Unión Soviética hace casi dos décadas. Los neoconservadores convirtieron a la OTAN en otro instrumento, como la NED, de la hegemonía mundial de EE.UU. Subsiguientes gobiernos de EE.UU. violaron los acuerdos que el presidente Reagan había establecido con Mikhail Gorbachev, el último dirigente soviético, y han incorporado a antiguas partes del imperio soviético en la OTAN. El objetivo neoconservador de cercar a Rusia con una alianza militar hostil ha sido proclamado en numerosas ocasiones.
Los miembros europeos de la OTAN se negaron a admitir a Georgia, ya que lo consideraban una afronta provocadora contra Rusia de la que depende Europa Occidental para su suministro de gas. A los europeos también les inquietan las intenciones de Bush de instalar defensas de misiles balísticos en Polonia y en la República Checa ya que la consecuencia será que habrá misiles crucero nucleares rusos apuntados hacia capitales europeas. Los europeos no ven la ventaja de ayudar a EE.UU. a bloquear represalias rusas contra EE.UU. a costas de su propia existencia. Las defensas de misiles balísticos no son útiles contra misiles crucero.
Todos los países están cansados de guerras con la excepción de EE.UU. La guerra, incluyendo la guerra nuclear, es la estrategia neoconservadora para la hegemonía mundial.
Todo el mundo, con la excepción de los estadounidenses, sabe que el desencadenamiento de un conflicto armado entre Rusia y las fuerzas georgianas en Osetia del Sur se debió enteramente a EE.UU. y a su títere en Georgia, Saakashvili. En todo el mundo, sólo los estadounidenses ignoran que las hostilidades fueron iniciadas por Saakashvili, porque Bush, Cheney y los medios estadounidenses ocupados por Israel han vuelto a mentirles.
Todo el resto del mundo sabe que el inestable y corrupto Saakashvili, quien proclama la democracia y dirige un Estado policial, no habría enfrentado a Rusia atacando a Osetia del Sur a menos que Washington le hubiera dado visto bueno.
El propósito del ataque georgiano contra la población rusa de Osetia del Sur es doble:
* Convencer a los europeos de que su acción al retardar la membresía de Georgia en la OTAN es la causa de “la agresión rusa” y que para salvar a Georgia de la conquista, hay que otorgarle la membresía en la OTAN.
* Realizar una limpieza étnica de Osetia del Sur contra su población rusa. Dos mil civiles rusos fueron atacados y muertos por el ejército georgiano equipado y entrenado por EE.UU., decenas de miles huyeron a Rusia. Después de lograr ese objetivo, Saakashvili y sus titiriteros en Washington pidieron rápidamente un cese al fuego y la detención de “la invasión rusa.” Esperan que la población rusa tema retornar o que se pueda impedir que retorne, eliminando así la amenaza secesionista.
Sin duda el régimen de Bush puede timar a la población estadounidense, como lo hizo con las armas de destrucción masiva iraquíes, las bombas nucleares iraníes, y el propio 11-S, pero el resto del mundo no se lo traga, ni siquiera los aliados europeos comprados y pagados por EE.UU.
Escribiendo en Asia Times, el embajador M. K. Bhadrakumar, ex diplomático de carrera en el Foreign Service indio, señala la desinformación con la que trafica EE.UU. y los medios de EE.UU. e informa que “al estallar la violencia, Rusia había tratado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas expidiera una declaración llamando a Georgia y Osetia del Sur a deponer de inmediato las armas. Sin embargo, Washington se desinteresó.”
El embajador Bhadrakumar señala que el recurso a la violencia y a la propaganda por EE.UU. y Georgia ha eliminado la creencia del gobierno ruso en que la diplomacia y la buena voluntad puedan lograr una solución del problema de Osetia del Sur. Si Rusia lo quisiera, podría terminar a voluntad con la existencia de Georgia, y no hay nada que EE.UU. pueda hacer al respecto.
Es seguro que la invasión georgiana de Osetia del Sur fue un evento orquestado por el régimen de Bush. Los medios estadounidenses y los think tanks neoconservadores estaban preparados con sus guerras relámpago propagandísticas. Los neoconservadores ya tenían preparado un artículo para Saakashvili en la página editorial del Wall Street Journal en el que declara que “la guerra en Georgia es una guerra por Occidente.”
Enfrentado al colapso de su ejército cuando Rusia envió tropas a fin de proteger a los surosetios contra las tropas georgianas, Saakashvili declaró: “Esto ya no tiene que ver con Georgia. Tiene que ver con EE.UU., sus valores.”
La neoconservadora Heritage Foundation en Washington, D.C., convocó rápidamente a una conferencia patrocinada por el belicista Ariel Cohen: “¡Urgente! Evento: Guerra Ruso-Georgiana: Un desafío para EE.UU. y el Mundo.”
El Washington Post presentó el tamborileo de guerra del neoconservador Robert Kagen: “Putin entra en acción.”
Sólo un badulaque como Kagen podría pensar que si Putin quisiera invadir Georgia lo haría desde Beijing, o que después de poner en fuga al ejército georgiano entrenado por los estadounidenses, no seguiría adelante y conquistaría toda Georgia para terminar con las maquinaciones de EE.UU. en la frontera más delicada de Rusia, maquinaciones que en última instancia podrían terminar en una guerra nuclear.
El New York Times presentó los desvaríos de Billy Kristol: “¿Se saldrá Rusia con la suya?” Kristol vocifera contra “regímenes dictatoriales, agresivos y fanáticos” que “parecen contentos al colaborar para debilitar la influencia de EE.UU. y de sus aliados democráticos.” Kristol presenta un nuevo eje del mal – Rusia, China, Corea del Norte e Irán – y advierte contra “retraso e indecisión” que “sólo invitan nuevas amenazas y peligros más graves.”
En otras palabras: “atacad a Rusia ahora.”
Dick Cheney, el demencial vicepresidente estadounidense, llamó por teléfono a Saakashvili para expresar la solidaridad de EE.UU. con Georgia en el conflicto con Rusia y declaró: “La agresión rusa no puede quedar sin respuesta". Sólo un idiota diría a Saakashvili otra cosa que no sea “cesar de inmediato.”
¿Cuál será el efecto sobre los servicios de inteligencia y los militares de EE.UU. de la declaración propagandística e irresponsable de Cheney de apoyo de EE.UU. para los crímenes de guerra de Georgia? ¿Cree realmente alguien que la CIA o algún servicio de inteligencia de EE.UU. dijo al vicepresidente que Rusia inició el conflicto con una invasión? Las tropas rusas llegaron a Osetia del Sur después que miles de osetios habían sido muertos por el ataque georgiano y después que decenas de miles de osetios habían huido a Rusia para escapar al ataque georgiano. Según las noticias, las fuerzas rusas han capturado a estadounidenses que estaban con las tropas georgianas dirigiendo su ataque contra civiles.
Los militares de EE.UU. ciertamente carecen de recursos para una guerra contra Rusia aparte de guerras perdidas en Iraq y Afganistán y una guerra planificada contra Irán.
Con su aventura georgiana, el régimen de Bush se hace culpable de una nueva serie de crímenes de guerra. ¿Cuál será la consecuencia?
Muchos responderán que ya que se salió con la suya con el 11-S, Afganistán, Iraq y con sus preparativos para atacar Irán, el régimen de Bush también lo hará con su aventura georgiana.
Es posible, pero esta vez el régimen de Bush se extralimitó.
Es seguro que ahora Rusia se da cuenta de que EE.UU. está determinado a ejercer su hegemonía sobre Rusia y es su peor enemigo.
China se da cuenta de que EE.UU. amenaza su propio suministro de energía y, con ello, su economía.
Incluso los aliados europeos de EE.UU., exasperados por su papel en el suministro de tropas para el Imperio de EE.UU., deben darse cuenta ahora de que es peligroso ser aliado de EE.UU. y que no representa beneficio alguno. Si Georgia llega a ser miembro de la OTAN y renueva su ataque contra Osetia del Sur, arrastrará a Europa a una guerra con Rusia, principal proveedor de energía a Europa.
Además, si tropas rusas son enviadas a través de las fronteras europeas, no hay nada que pueda detenerlas.
¿Qué ofrece EE.UU. a Europa, aparte de los millones de dólares que paga para comprar dirigentes políticos en Europa para asegurar que traicionen a sus propios pueblos? Nada en absoluto.
La única amenaza militar que enfrenta Europa proviene de ser arrastrada a las guerras de EE.UU. para establecer la hegemonía estadounidense.
EE.UU. está en bancarrota financiera, con déficit presupuestarios y comerciales que exceden los déficit combinados del resto el mundo en su conjunto. El dólar flaquea. El mercado de consumo estadounidense se muere por la subcontratación en el extranjero de puestos de trabajo estadounidenses y, con ello, de los ingresos, y por el efecto sobre la riqueza de los colapsos de los bienes raíces y de los derivados. EE.UU. no tiene nada que ofrecer a Europa. Por cierto, la decadencia económica estadounidense está destruyendo las exportaciones europeas al aumentar el valor del euro.
EE.UU. perdió hace tiempo su autoridad moral. La hipocresía se ha convertido en la característica más conocida de EE.UU. Bush, el invasor de Afganistán e Iraq sobre la base de mentiras y engaño, vocifera contra Rusia porque sale a la defensa de sus mantenedores de la paz y de ciudadanos rusos en Osetia del Sur. Bush que arrancó a Kosovo del corazón de Serbia y lo entregó a los musulmanes, ha tomado una posición intransigente contra otros movimientos separatistas, especialmente los surosetios que quieren formar parte de la Federación Rusa.
El régimen neoconservador de Bush está furioso porque el oso ruso no se dejó intimidar por la agresión del Estado títere estadounidense, Georgia, apoyado por EE.UU. En lugar de aceptar el acto de hegemonía estadounidense que exigía el guión neoconservador, Rusia puso en fuga aterrorizada al ejército georgiano aleccionado por EE.UU.
Después de fracasar en el uso de las armas, el régimen de Bush desata ahora la retórica. La Casa Blanca advierte a Rusia que la no aceptación de la hegemonía de EE.UU. podría tener “un impacto significativo, a largo plazo, sobre las relaciones entre Washington y Moscú.”
¿Es posible que los imbéciles que forman el régimen de Bush no comprendan que salvo con un ataque nuclear por sorpresa contra Rusia, no hay absolutamente nada que EE.UU. pueda hacerle a Moscú?
El régimen de Bush no posee moneda rusa que pueda vender para destruir su valor. Los rusos poseen dólares estadounidenses.
El régimen de Bush no posee bonos rusos que pueda vender para destruir su valor. Los rusos poseen bonos estadounidenses.
EE.UU. no puede cortar los suministros de energía de Rusia. Rusia puede cortar la entrega de energía a los aliados europeos de EE.UU.
El presidente Reagan negoció el fin de la guerra fría con el presidente soviético Gorbachev. Los neoconservadores, a los que Reagan despidió y expulsó de su gobierno, estaban furiosos. Los neoconservadores habían esperado ganar la guerra fría, estableciendo al hacerlo la hegemonía de EE.UU.
El establishment republicano estableció su hegemonía bajo Bush I, la que había perdido bajo Ronald Reagan. Con esa proeza, la inteligencia fue expulsada del Partido Republicano.
Los neoconservadores urdieron su retorno con la Primera Guerra del Golfo y su propaganda, mentiras puras, de que soldados iraquíes pasaron a la bayoneta a bebés kuwaitíes en hospitales.
Los neoconservadores volvieron a reaparecer con el presidente Clinton, al que convencieron para que bombardeara Serbia a fin de permitir que movimientos separatistas se convirtieran en Estados independientes dependientes de EE.UU.
Con Bush II, los neoconservadores tomaron el poder. Su agenda, la hegemonía mundial de EE.UU., incluye la hegemonía israelí en Oriente Próximo.
Hasta ahora los ardides de esos ideólogos ignorantes y peligrosos han fracasado miserablemente. Iraq, antes en manos de suníes seculares que representaban una barrera para Irán, está, después de la invasión y ocupación por EE.UU., en manos de chiíes religiosos aliados con Irán.
En Afganistán, resurgen los talibanes, y un gran ejército de la OTAN y EE.UU. es incapaz de controlar la situación.
Una consecuencia de la guerra afgana de los neoconservadores ha sido la pérdida de poder del presidente títere estadounidense de Pakistán, un país musulmán armado de armas nucleares. El presidente títere enfrenta ahora la recusación, y los militares paquistaníes han informado a los estadounidenses que dejen de realizar operaciones militares en territorio paquistaní.
Los títeres estadounidenses en Egipto y Jordania podrían ser los próximos en caer.
En Iraq, los chiíes, después de completar su limpieza étnica de suníes en los vecindarios, han declarado un cese al fuego a fin de contradecir la propaganda de EE.UU. de que la retirada estadounidense conduciría a un baño de sangre. Negociaciones sobre las fechas de retirada están en vías de ejecución entre los estadounidenses y el gobierno iraquí, que ya no se comporta como marioneta.
El año pasado Hugo Chávez ridiculizó a Bush ante la ONU. Putin, de Rusia, ridiculizó a Bush como Camarada Lobo.
El 12 de agosto de 2008, Pravda ridiculizó a Bush: “Bush, ¿Por qué no te callas?”
Los estadounidenses podrán pensar que son una superpotencia que hace temblar al mundo. Pero no a los rusos.
Estos estadounidenses suficientemente estúpidos como para pensar que la “superpotencia” de EE.UU. asegura a sus ciudadanos contra el peligro, harían bien en leer el desdén total por el presidente Bush mostrado en Pravda:
EE.UU. no es una superpotencia. Es una farsa en bancarrota dirigida por imbéciles que llegaron a sus puestos mediante elecciones robadas, amañadas por Karl Rove y Diebold. Es un hazmerreír que agravia con su ignorancia e intenta de intimidar a un país enorme equipado con decenas de miles de armas nucleares.
.......
(*) Paul Craig Roberts fue secretario adjunto del Tesoro en el gobierno de Ronald Reagan. Asimismo, fue redactor jefe asociado del Wall Street Journal, en su sección de editoriales, durante 16 años columnista de Business Week, y columnista de Scripps Howard News Service and Creator’s Syndicate en Los Angeles. Ha ocupado numerosas cátedras universitarias, incluyendo la Cátedra William E. Simon Chair en Economía Política, Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Universidad de Georgetown e Investigador Invitado Sénior, Hoover Institution, Universidad Stanford. Fue condecorado con la Legión de Honor por el Presidente de Francia y con la Medalla de Plata del Tesoro de EE.UU. por “sobresalientes contribuciones a la formulación de la política económica de EE.UU.”
www.counterpunch.org/roberts08132008
Enlace a Rebelión
Oye, presidente Bush: ¿Por qué no te callas?”
Paul Craig Roberts(*)
CounterPunch
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
En los años de Reagan fue creada la Fundación Nacional por la Democracia como instrumento de la guerra fría. Actualmente la NED es una agencia controlada por los neoconservadores para la hegemonía mundial de EE.UU. Su principal función es dedicar mucho dinero estadounidense y amañar elecciones estadounidenses en antiguas partes constituyentes de la Unión Soviética a fin de rodear a Rusia con Estados marionetas de EE.UU.
El régimen neoconservador de Bush utilizó la NED para intervenir en los asuntos internos de Ucrania y Georgia, de acuerdo con el plan neoconservador de establecer regímenes políticos amigos de EE.UU. y hostiles a Rusia en esas dos antiguas partes constituyentes de Rusia y de la Unión Soviética.
La NED también fue utilizada para desmembrar la antigua Yugoslavia con sus intervenciones en Eslovaquia, Serbia y Montenegro.
Allen Weinstein, quien ayudó a redactar la legislación que estableció la NED, declaró al Washington Post en 1991 que gran parte de lo que la NED hace “actualmente fue realizado de modo clandestino por la CIA hace 25 años”.
Tras haber situado como presidente de Georgia al títere Mikhail Saakashvili, el régimen de Bush trató de introducir Georgia en la OTAN.
Los lectores han de saber que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue una alianza militar entre EE.UU. y países europeos occidentales para resistir cualquier acción soviética en Europa Occidental (y para asegurarse de que los países europeos se alinearan en apoyo de EE.UU. y compraran sus sistemas de armamentos). La OTAN ha perdido su justificación desde la implosión política de la Unión Soviética hace casi dos décadas. Los neoconservadores convirtieron a la OTAN en otro instrumento, como la NED, de la hegemonía mundial de EE.UU. Subsiguientes gobiernos de EE.UU. violaron los acuerdos que el presidente Reagan había establecido con Mikhail Gorbachev, el último dirigente soviético, y han incorporado a antiguas partes del imperio soviético en la OTAN. El objetivo neoconservador de cercar a Rusia con una alianza militar hostil ha sido proclamado en numerosas ocasiones.
Los miembros europeos de la OTAN se negaron a admitir a Georgia, ya que lo consideraban una afronta provocadora contra Rusia de la que depende Europa Occidental para su suministro de gas. A los europeos también les inquietan las intenciones de Bush de instalar defensas de misiles balísticos en Polonia y en la República Checa ya que la consecuencia será que habrá misiles crucero nucleares rusos apuntados hacia capitales europeas. Los europeos no ven la ventaja de ayudar a EE.UU. a bloquear represalias rusas contra EE.UU. a costas de su propia existencia. Las defensas de misiles balísticos no son útiles contra misiles crucero.
Todos los países están cansados de guerras con la excepción de EE.UU. La guerra, incluyendo la guerra nuclear, es la estrategia neoconservadora para la hegemonía mundial.
Todo el mundo, con la excepción de los estadounidenses, sabe que el desencadenamiento de un conflicto armado entre Rusia y las fuerzas georgianas en Osetia del Sur se debió enteramente a EE.UU. y a su títere en Georgia, Saakashvili. En todo el mundo, sólo los estadounidenses ignoran que las hostilidades fueron iniciadas por Saakashvili, porque Bush, Cheney y los medios estadounidenses ocupados por Israel han vuelto a mentirles.
Todo el resto del mundo sabe que el inestable y corrupto Saakashvili, quien proclama la democracia y dirige un Estado policial, no habría enfrentado a Rusia atacando a Osetia del Sur a menos que Washington le hubiera dado visto bueno.
El propósito del ataque georgiano contra la población rusa de Osetia del Sur es doble:
* Convencer a los europeos de que su acción al retardar la membresía de Georgia en la OTAN es la causa de “la agresión rusa” y que para salvar a Georgia de la conquista, hay que otorgarle la membresía en la OTAN.
* Realizar una limpieza étnica de Osetia del Sur contra su población rusa. Dos mil civiles rusos fueron atacados y muertos por el ejército georgiano equipado y entrenado por EE.UU., decenas de miles huyeron a Rusia. Después de lograr ese objetivo, Saakashvili y sus titiriteros en Washington pidieron rápidamente un cese al fuego y la detención de “la invasión rusa.” Esperan que la población rusa tema retornar o que se pueda impedir que retorne, eliminando así la amenaza secesionista.
Sin duda el régimen de Bush puede timar a la población estadounidense, como lo hizo con las armas de destrucción masiva iraquíes, las bombas nucleares iraníes, y el propio 11-S, pero el resto del mundo no se lo traga, ni siquiera los aliados europeos comprados y pagados por EE.UU.
Escribiendo en Asia Times, el embajador M. K. Bhadrakumar, ex diplomático de carrera en el Foreign Service indio, señala la desinformación con la que trafica EE.UU. y los medios de EE.UU. e informa que “al estallar la violencia, Rusia había tratado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas expidiera una declaración llamando a Georgia y Osetia del Sur a deponer de inmediato las armas. Sin embargo, Washington se desinteresó.”
El embajador Bhadrakumar señala que el recurso a la violencia y a la propaganda por EE.UU. y Georgia ha eliminado la creencia del gobierno ruso en que la diplomacia y la buena voluntad puedan lograr una solución del problema de Osetia del Sur. Si Rusia lo quisiera, podría terminar a voluntad con la existencia de Georgia, y no hay nada que EE.UU. pueda hacer al respecto.
Es seguro que la invasión georgiana de Osetia del Sur fue un evento orquestado por el régimen de Bush. Los medios estadounidenses y los think tanks neoconservadores estaban preparados con sus guerras relámpago propagandísticas. Los neoconservadores ya tenían preparado un artículo para Saakashvili en la página editorial del Wall Street Journal en el que declara que “la guerra en Georgia es una guerra por Occidente.”
Enfrentado al colapso de su ejército cuando Rusia envió tropas a fin de proteger a los surosetios contra las tropas georgianas, Saakashvili declaró: “Esto ya no tiene que ver con Georgia. Tiene que ver con EE.UU., sus valores.”
La neoconservadora Heritage Foundation en Washington, D.C., convocó rápidamente a una conferencia patrocinada por el belicista Ariel Cohen: “¡Urgente! Evento: Guerra Ruso-Georgiana: Un desafío para EE.UU. y el Mundo.”
El Washington Post presentó el tamborileo de guerra del neoconservador Robert Kagen: “Putin entra en acción.”
Sólo un badulaque como Kagen podría pensar que si Putin quisiera invadir Georgia lo haría desde Beijing, o que después de poner en fuga al ejército georgiano entrenado por los estadounidenses, no seguiría adelante y conquistaría toda Georgia para terminar con las maquinaciones de EE.UU. en la frontera más delicada de Rusia, maquinaciones que en última instancia podrían terminar en una guerra nuclear.
El New York Times presentó los desvaríos de Billy Kristol: “¿Se saldrá Rusia con la suya?” Kristol vocifera contra “regímenes dictatoriales, agresivos y fanáticos” que “parecen contentos al colaborar para debilitar la influencia de EE.UU. y de sus aliados democráticos.” Kristol presenta un nuevo eje del mal – Rusia, China, Corea del Norte e Irán – y advierte contra “retraso e indecisión” que “sólo invitan nuevas amenazas y peligros más graves.”
En otras palabras: “atacad a Rusia ahora.”
Dick Cheney, el demencial vicepresidente estadounidense, llamó por teléfono a Saakashvili para expresar la solidaridad de EE.UU. con Georgia en el conflicto con Rusia y declaró: “La agresión rusa no puede quedar sin respuesta". Sólo un idiota diría a Saakashvili otra cosa que no sea “cesar de inmediato.”
¿Cuál será el efecto sobre los servicios de inteligencia y los militares de EE.UU. de la declaración propagandística e irresponsable de Cheney de apoyo de EE.UU. para los crímenes de guerra de Georgia? ¿Cree realmente alguien que la CIA o algún servicio de inteligencia de EE.UU. dijo al vicepresidente que Rusia inició el conflicto con una invasión? Las tropas rusas llegaron a Osetia del Sur después que miles de osetios habían sido muertos por el ataque georgiano y después que decenas de miles de osetios habían huido a Rusia para escapar al ataque georgiano. Según las noticias, las fuerzas rusas han capturado a estadounidenses que estaban con las tropas georgianas dirigiendo su ataque contra civiles.
Los militares de EE.UU. ciertamente carecen de recursos para una guerra contra Rusia aparte de guerras perdidas en Iraq y Afganistán y una guerra planificada contra Irán.
Con su aventura georgiana, el régimen de Bush se hace culpable de una nueva serie de crímenes de guerra. ¿Cuál será la consecuencia?
Muchos responderán que ya que se salió con la suya con el 11-S, Afganistán, Iraq y con sus preparativos para atacar Irán, el régimen de Bush también lo hará con su aventura georgiana.
Es posible, pero esta vez el régimen de Bush se extralimitó.
Es seguro que ahora Rusia se da cuenta de que EE.UU. está determinado a ejercer su hegemonía sobre Rusia y es su peor enemigo.
China se da cuenta de que EE.UU. amenaza su propio suministro de energía y, con ello, su economía.
Incluso los aliados europeos de EE.UU., exasperados por su papel en el suministro de tropas para el Imperio de EE.UU., deben darse cuenta ahora de que es peligroso ser aliado de EE.UU. y que no representa beneficio alguno. Si Georgia llega a ser miembro de la OTAN y renueva su ataque contra Osetia del Sur, arrastrará a Europa a una guerra con Rusia, principal proveedor de energía a Europa.
Además, si tropas rusas son enviadas a través de las fronteras europeas, no hay nada que pueda detenerlas.
¿Qué ofrece EE.UU. a Europa, aparte de los millones de dólares que paga para comprar dirigentes políticos en Europa para asegurar que traicionen a sus propios pueblos? Nada en absoluto.
La única amenaza militar que enfrenta Europa proviene de ser arrastrada a las guerras de EE.UU. para establecer la hegemonía estadounidense.
EE.UU. está en bancarrota financiera, con déficit presupuestarios y comerciales que exceden los déficit combinados del resto el mundo en su conjunto. El dólar flaquea. El mercado de consumo estadounidense se muere por la subcontratación en el extranjero de puestos de trabajo estadounidenses y, con ello, de los ingresos, y por el efecto sobre la riqueza de los colapsos de los bienes raíces y de los derivados. EE.UU. no tiene nada que ofrecer a Europa. Por cierto, la decadencia económica estadounidense está destruyendo las exportaciones europeas al aumentar el valor del euro.
EE.UU. perdió hace tiempo su autoridad moral. La hipocresía se ha convertido en la característica más conocida de EE.UU. Bush, el invasor de Afganistán e Iraq sobre la base de mentiras y engaño, vocifera contra Rusia porque sale a la defensa de sus mantenedores de la paz y de ciudadanos rusos en Osetia del Sur. Bush que arrancó a Kosovo del corazón de Serbia y lo entregó a los musulmanes, ha tomado una posición intransigente contra otros movimientos separatistas, especialmente los surosetios que quieren formar parte de la Federación Rusa.
El régimen neoconservador de Bush está furioso porque el oso ruso no se dejó intimidar por la agresión del Estado títere estadounidense, Georgia, apoyado por EE.UU. En lugar de aceptar el acto de hegemonía estadounidense que exigía el guión neoconservador, Rusia puso en fuga aterrorizada al ejército georgiano aleccionado por EE.UU.
Después de fracasar en el uso de las armas, el régimen de Bush desata ahora la retórica. La Casa Blanca advierte a Rusia que la no aceptación de la hegemonía de EE.UU. podría tener “un impacto significativo, a largo plazo, sobre las relaciones entre Washington y Moscú.”
¿Es posible que los imbéciles que forman el régimen de Bush no comprendan que salvo con un ataque nuclear por sorpresa contra Rusia, no hay absolutamente nada que EE.UU. pueda hacerle a Moscú?
El régimen de Bush no posee moneda rusa que pueda vender para destruir su valor. Los rusos poseen dólares estadounidenses.
El régimen de Bush no posee bonos rusos que pueda vender para destruir su valor. Los rusos poseen bonos estadounidenses.
EE.UU. no puede cortar los suministros de energía de Rusia. Rusia puede cortar la entrega de energía a los aliados europeos de EE.UU.
El presidente Reagan negoció el fin de la guerra fría con el presidente soviético Gorbachev. Los neoconservadores, a los que Reagan despidió y expulsó de su gobierno, estaban furiosos. Los neoconservadores habían esperado ganar la guerra fría, estableciendo al hacerlo la hegemonía de EE.UU.
El establishment republicano estableció su hegemonía bajo Bush I, la que había perdido bajo Ronald Reagan. Con esa proeza, la inteligencia fue expulsada del Partido Republicano.
Los neoconservadores urdieron su retorno con la Primera Guerra del Golfo y su propaganda, mentiras puras, de que soldados iraquíes pasaron a la bayoneta a bebés kuwaitíes en hospitales.
Los neoconservadores volvieron a reaparecer con el presidente Clinton, al que convencieron para que bombardeara Serbia a fin de permitir que movimientos separatistas se convirtieran en Estados independientes dependientes de EE.UU.
Con Bush II, los neoconservadores tomaron el poder. Su agenda, la hegemonía mundial de EE.UU., incluye la hegemonía israelí en Oriente Próximo.
Hasta ahora los ardides de esos ideólogos ignorantes y peligrosos han fracasado miserablemente. Iraq, antes en manos de suníes seculares que representaban una barrera para Irán, está, después de la invasión y ocupación por EE.UU., en manos de chiíes religiosos aliados con Irán.
En Afganistán, resurgen los talibanes, y un gran ejército de la OTAN y EE.UU. es incapaz de controlar la situación.
Una consecuencia de la guerra afgana de los neoconservadores ha sido la pérdida de poder del presidente títere estadounidense de Pakistán, un país musulmán armado de armas nucleares. El presidente títere enfrenta ahora la recusación, y los militares paquistaníes han informado a los estadounidenses que dejen de realizar operaciones militares en territorio paquistaní.
Los títeres estadounidenses en Egipto y Jordania podrían ser los próximos en caer.
En Iraq, los chiíes, después de completar su limpieza étnica de suníes en los vecindarios, han declarado un cese al fuego a fin de contradecir la propaganda de EE.UU. de que la retirada estadounidense conduciría a un baño de sangre. Negociaciones sobre las fechas de retirada están en vías de ejecución entre los estadounidenses y el gobierno iraquí, que ya no se comporta como marioneta.
El año pasado Hugo Chávez ridiculizó a Bush ante la ONU. Putin, de Rusia, ridiculizó a Bush como Camarada Lobo.
El 12 de agosto de 2008, Pravda ridiculizó a Bush: “Bush, ¿Por qué no te callas?”
Los estadounidenses podrán pensar que son una superpotencia que hace temblar al mundo. Pero no a los rusos.
Estos estadounidenses suficientemente estúpidos como para pensar que la “superpotencia” de EE.UU. asegura a sus ciudadanos contra el peligro, harían bien en leer el desdén total por el presidente Bush mostrado en Pravda:
“Presidente Bush,
“¿Por qué no te callas? Supón, por ejemplo, que Rusia declarase que Georgia posee armas de destrucción masiva. Y que Rusia supiera dónde están esas ADM, es decir, en Tbilisi y Poti y en el norte, sur, este y oeste. Y que tiene que ser verdad, porque existe una “magnífica inteligencia sobre asuntos extranjeros”, como son fotos satelitales de fábricas de leche en polvo y de cereales para lactantes que producen armas químicas y que actualmente están siendo “transportadas por el país en vehículos”. Supón, por ejemplo, que Rusia declarase que “Saakashvili engañó al mundo” y que “ha llegado la hora de un cambio de régimen”.
Simple, ¿verdad, presidente Bush?
“Así que ¿por qué no te callas? ¡Oh!, y a propósito, envía a unos pocos más de tus asesores militares a Georgia; están haciendo un trabajo de primera. Y se ven tan divertidos cuando los miras por las gafas de visión nocturna. Todos verdecitos.”
EE.UU. no es una superpotencia. Es una farsa en bancarrota dirigida por imbéciles que llegaron a sus puestos mediante elecciones robadas, amañadas por Karl Rove y Diebold. Es un hazmerreír que agravia con su ignorancia e intenta de intimidar a un país enorme equipado con decenas de miles de armas nucleares.
.......
(*) Paul Craig Roberts fue secretario adjunto del Tesoro en el gobierno de Ronald Reagan. Asimismo, fue redactor jefe asociado del Wall Street Journal, en su sección de editoriales, durante 16 años columnista de Business Week, y columnista de Scripps Howard News Service and Creator’s Syndicate en Los Angeles. Ha ocupado numerosas cátedras universitarias, incluyendo la Cátedra William E. Simon Chair en Economía Política, Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Universidad de Georgetown e Investigador Invitado Sénior, Hoover Institution, Universidad Stanford. Fue condecorado con la Legión de Honor por el Presidente de Francia y con la Medalla de Plata del Tesoro de EE.UU. por “sobresalientes contribuciones a la formulación de la política económica de EE.UU.”
www.counterpunch.org/roberts08132008
Enlace a Rebelión
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sábado, 16 de agosto de 2008
Medalla de Oro para Vladímir Putin
Heinz Dieterich
Rebelión
Con el Primer Ministro ruso Vladímir Putin en los juegos olímpicos de Beijing, y el Presidente ruso Dmítri Medvedev de vacaciones, el duo Bush-Cheney decidió que era el momento idóneo para liquidar militarmente a la zona autónoma de Ossetia del Sur; repetir después la operación en la zona autónoma de Abkazia e integrar, finalmente, a su anexo neocolonial Georgia en el Bloque de Poder de la burguesía transatlántica y su brazo armado, la OTAN.
Fiel a su condición de siervo político, el “Presidente” neocolonial de Georgia, Mijail Saakashvili ejecutó la autorización de Bush-Cheney para cometer el peor crimen que conoce el derecho internacional: la guerra de agresión. Mintiendo descaradamente sobre una supuesta “tregua” en Ossetia, el delincuente político lanzó sorpresivamente a su soldadesca ---entrenada por instructores estadounidenses--- contra la zona autónoma, donde cometió un sinnúmero de crímenes de lesa humanidad contra la población civil.
La camarilla Bush-Cheney-Saakashvili incurrió, sin embargo, en el grave error de subestimar a Putin. El ex estudiante de derecho, quien había realizado en la Universidad de Leningrado su tesis sobre la política imperialista de Washington en África, para después ingresar a la dirección de Asuntos Exteriores de la KGB y practicar sus conocimientos en una unidad soviética de investigación política y militar en Dresden, en la RDA , conoce al monstruo imperial a fondo y reaccionó magistralmente ante la conspiración imperial-oligárquica.
Aplastó con rapidez y eficiencia militar a las hordas militares de Saakashvili, pese a los refuerzos militares traídos por el Pentágono, desde Irak. Cuando Saakashvili ofreció una tregua unilateral, no la aceptó. Aprovechó su ventaja militar para consolidar las posiciones rusas en el campo de batalla. Terminada esta fase firmó una tregua con Georgia orquestada por el operador transatlántico y politplayboy Sarkozy. Signado el papel, procedió a ocupar militarmente la estratégica ciudad Grosi. Y cuando el imperialismo empezó a movilizar su maquina militar y mediática mundial para responder, simplemente paró las maniobras militares para llevar el conflicto a la dimensión política-diplomática.
El complejo militar-industrial estadounidense se quedó atónito ante el impecable software de defensa antiimperialista y las jugadas maestras del ex abogado. Oficiales del Pentágono revelaron que no habían contado con una reacción tan rápida y contundente de su adversario. Condoleezza Rice, la Secretaria imperial de Relaciones Exteriores, advirtió ayer a Putin que Rusia ya no es lo que fue la Unión Soviética. Tiene razón, pero se le olvida que Estados Unidos tampoco ya es, lo que fue en 1990 y que el abogado Putin de la exKGB no es el inepto soñador de Gorbachev, ni el borracho neocolonial de Yeltsin.
La lección principal del conflicto para América Latina es esa: las conspiraciones imperial-oligárquicas no se derrotan con buenas intenciones, sino con el poder real disuasivo y destructivo que pueden movilizar las fuerzas de emancipación. Lo demás es folklore.
Enlace a texto en Rebelión
Rebelión
Con el Primer Ministro ruso Vladímir Putin en los juegos olímpicos de Beijing, y el Presidente ruso Dmítri Medvedev de vacaciones, el duo Bush-Cheney decidió que era el momento idóneo para liquidar militarmente a la zona autónoma de Ossetia del Sur; repetir después la operación en la zona autónoma de Abkazia e integrar, finalmente, a su anexo neocolonial Georgia en el Bloque de Poder de la burguesía transatlántica y su brazo armado, la OTAN.
Fiel a su condición de siervo político, el “Presidente” neocolonial de Georgia, Mijail Saakashvili ejecutó la autorización de Bush-Cheney para cometer el peor crimen que conoce el derecho internacional: la guerra de agresión. Mintiendo descaradamente sobre una supuesta “tregua” en Ossetia, el delincuente político lanzó sorpresivamente a su soldadesca ---entrenada por instructores estadounidenses--- contra la zona autónoma, donde cometió un sinnúmero de crímenes de lesa humanidad contra la población civil.
La camarilla Bush-Cheney-Saakashvili incurrió, sin embargo, en el grave error de subestimar a Putin. El ex estudiante de derecho, quien había realizado en la Universidad de Leningrado su tesis sobre la política imperialista de Washington en África, para después ingresar a la dirección de Asuntos Exteriores de la KGB y practicar sus conocimientos en una unidad soviética de investigación política y militar en Dresden, en la RDA , conoce al monstruo imperial a fondo y reaccionó magistralmente ante la conspiración imperial-oligárquica.
Aplastó con rapidez y eficiencia militar a las hordas militares de Saakashvili, pese a los refuerzos militares traídos por el Pentágono, desde Irak. Cuando Saakashvili ofreció una tregua unilateral, no la aceptó. Aprovechó su ventaja militar para consolidar las posiciones rusas en el campo de batalla. Terminada esta fase firmó una tregua con Georgia orquestada por el operador transatlántico y politplayboy Sarkozy. Signado el papel, procedió a ocupar militarmente la estratégica ciudad Grosi. Y cuando el imperialismo empezó a movilizar su maquina militar y mediática mundial para responder, simplemente paró las maniobras militares para llevar el conflicto a la dimensión política-diplomática.
El complejo militar-industrial estadounidense se quedó atónito ante el impecable software de defensa antiimperialista y las jugadas maestras del ex abogado. Oficiales del Pentágono revelaron que no habían contado con una reacción tan rápida y contundente de su adversario. Condoleezza Rice, la Secretaria imperial de Relaciones Exteriores, advirtió ayer a Putin que Rusia ya no es lo que fue la Unión Soviética. Tiene razón, pero se le olvida que Estados Unidos tampoco ya es, lo que fue en 1990 y que el abogado Putin de la exKGB no es el inepto soñador de Gorbachev, ni el borracho neocolonial de Yeltsin.
La lección principal del conflicto para América Latina es esa: las conspiraciones imperial-oligárquicas no se derrotan con buenas intenciones, sino con el poder real disuasivo y destructivo que pueden movilizar las fuerzas de emancipación. Lo demás es folklore.
Enlace a texto en Rebelión
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Invasión a Osetia,
Rusia
miércoles, 13 de agosto de 2008
Bolivia y Osetia, los últimos fracasos de Estados Unidos
El próximo revés será en El Salvador
Ernesto Carmona
La legitimación de Evo Morales en Bolivia es el último revés de la política exterior de EEUU en América Latina. La siguiente contrariedad probablemente se dará en las elecciones parlamentarias y presidenciales de El Salvador, cuyo actual gobierno rivaliza con Colombia, Perú, México y Chile entre los más fieles aliados de EEUU en América Latina. El gobierno salvadoreño copió la Ley Patriota de Bush para perseguir a quienes levanten demandas sociales y es el único país latinoamericano que tiene tropas en Irak.
También el 18 de agosto asume el nuevo gobierno del Paraguay, encabezado por el ex obispo Fernando Lugo, de 57 años. El futuro gobernante prometió profundas reformas sociales en un país donde la clase rica se beneficio de 61 años de dominación del partido Colorado, que incluyen los 35 de la dictadura de Alfredo Stroeesner. Lugo
administrará una nación preponderantemente indígena, donde el campesinado y los pobres sufren la inequidad y la miseria, y deben resignarse a vivir en el 7% del territorio nacional, mientras la clase latifundista que representa al 7% de la población usufructúa del 93% de todas las tierras.
Y lejos de nuestra región, al presidente de Georgia, Mikheil Saakashvili, aliado íntimo de Bush, le está ocurriendo todo lo contrario que a Morales: tambalea en el gobierno, mientras su nación sufre una humillación militar de envergadura y está a punto de caer del poder después de haber llevado a su país a la mal calculada aventura de apoderarse de Osetia del Sur, un pequeño país independiente protegido por Rusia que no quiere ser parte de Georgia.
A medida que avanzan los lentos cómputos de la elección boliviana, el caudal de votos alcanzado por Evo Morales se acerca al 70% y, a la vez, cambia el mapa electoral que en las primeras horas posteriores a la votación le atribuyó derrotas en cinco de nueve departamentos, que en las últimas horas se habían reducido a dos. Asimismo, la OEA adelantó una abstención de alrededor de 15%, tasa bajísima para cualquier país
latinoamericano.
Sin embargo, la resonante victoria democrática de Morales no ha sido recogida de manera racional por los medios de comunicación de Bolivia, Chile ni del resto del mundo, que alardean con un supuesto “empate” y se empeñan en reemplazar la realidad real con un mundo virtual. Tal como ocurrió en su momento en Venezuela, los medios de comunicación están abandonando su rol informativo, que debiera ser veraz e imparcial, para convertirse en protagonistas políticos, como si fueran partidos.
¿Quién es Saakashvili?
El presidente del país donde nació José Stalin creyó que controlar Osetia del Sur sería un paseo, pero probablemente le cueste el cargo. Saakashvili alcanzó el poder traicionando a su ex maestro y protector Edward Schevarnadze, el último canciller de la Unión Soviética, quien fue el primer jefe de Estado de Georgia tras la desaparición de la
URSS. Medios como CNN, los países de la OTAN y el discurso de Bush y Condoleezza Rice presentan a Georgia como víctima y no como país agresor.
El mismo error de cálculo del “paseo militar” de Saakashvili ya ha ocasionado muchos sufrimientos en otras latitudes, cada vez que gobernantes cuestionados creyeron conquistar popularidad y legitimidad haciendo sonar las campanas del nacionalismo y la “integridad territorial”. Lo hicieron aquellos militares argentinos que con una mano torturaban a los jóvenes obreros y estudiantes de todo el país y con la otra los mandaban “a morir por la patria” en Las Malvinas.
Saakashvili es un peón de Estados Unidos en el tablero geopolítico del poder imperial en esa parte del mundo. Estudió leyes en EEUU, en las universidades de Columbia y George Washington, y trabajó en un influyente estudio de abogados de Nueva York. Y hoy vendería su alma al diablo con tal de ingresar a la OTAN.
Mal aconsejado por EEUU y tras una reciente visita de Condoleezza Rice, que le prometió el oro y el moro, el 6 de agosto Saakashvili se lanzó a recuperar Osetia del Sur, territorio que reivindican los nacionalistas de Georgia, pero midió mal la reacción rusa y le dio el
pretexto para ocupar toda Osetia del Sur y la vecina Abkhasia, otra nación enclavada en la frontera ruso-georgiana. Y así EEUU gatilló otra guerra que no se sabe cómo y cuándo va a terminar.
El futuro en El Salvador
Mauricio Funes es un periodista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), nacido en 1959, que según todas las encuestas resultará elegido presidente de El Salvador en la elección presidencial del 15 de marzo 2009. Previamente, el 18 de enero, habrá elecciones parlamentarias y municipales que, según todas las encuestas,
también ganará el FMLN.
A 12 años del término de la guerra civil de dos décadas, a comienzos del 2009 puede comenzar a escribirse un nuevo capítulo en la historia de este país, destruido por la intervención de EEUU durante la segunda mitad del siglo 20.
Primero llegaron las corporaciones que se adueñaron de la tierra para cultivar el banano y otras especies, luego destruyeron el ambiente y cometieron incontables abusos contra los trabajadores de El Salvador. Enseguida, irrumpieron los escuadrones de la muerte y EEUU llevó sus recetas de contrainsurgencia, los tratados comerciales dañinos y el bloqueo de los movimientos democráticos.
Y ahora, por primera vez desde los Acuerdos de Paz que en 1992 dieron fin a la brutal guerra civil de doce años, el progresista FMLN tiene una opción razonable de ganar el poder en las próximas elecciones. En todas las últimas encuestas de 2008, el Frente exhibe una cómoda ventaja sobre el partido derechista ARENA, que ha perpetuado las
mismas políticas dañinas que condujeron a la guerra civil en 1980.
Se espera que el FMLN detenga la desastrosa privatización del acceso al agua y el cuidado de salud, restaure los derechos de los trabajadores, luche por enmendar los acuerdos de comercio para un reparto más equitativo que beneficie menos a las corporaciones, ponga fin a la participación de El Salvador en la ocupación de Irak y, en
general, siga la trayectoria pavimentada por los gobiernos progresistas latinoamericanos que muestran distintos grados de distanciamiento de EEUU, con diferentes matices, desde Brasil a Cuba, pasando por Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Nicaragua y otros, cuyos gobiernos se muestran más bien distantes y “descomprometidos” con la suerte del imperio en esta parte del mundo, como Guatemala, Honduras, probablemente Paraguay y otras naciones
Mauricio Funes ha dicho con claridad que Washington no está yendo a ninguna parte y que, a pesar de las cicatrices del pasado, está dispuesto a trabajar con quien suceda a Bush. Comentando 'La necesidad de un cambio en el gobierno', el editorialista Salvador Ventura, del diario Colatino de San Salvador, afirmó el 11 de agosto: 'Las encuestas, mapa del momento, dicen que el FMLN y su candidato Mauricio Funes ganarán las elecciones. Eso, en primera instancia, llena de optimismo a los salvadoreños'.
Luego añadió: Un segundo instante sostiene que la derecha, si se puede hablar de un sector reflexivo, ha entendido el mensaje y la necesidad de un cambio de rumbo en la manera de administrar la cosa pública. Y una tercera etapa, que la izquierda se encuentra preparada para aceptar el reto, asumir el gobierno y eventualmente el poder'.
Al parecer, la suerte está echada... Mauricio Funes llevará como candidato a vicepresidente al ex-combatiente Salvador Sánchez Cerén.
Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
Ernesto Carmona
La legitimación de Evo Morales en Bolivia es el último revés de la política exterior de EEUU en América Latina. La siguiente contrariedad probablemente se dará en las elecciones parlamentarias y presidenciales de El Salvador, cuyo actual gobierno rivaliza con Colombia, Perú, México y Chile entre los más fieles aliados de EEUU en América Latina. El gobierno salvadoreño copió la Ley Patriota de Bush para perseguir a quienes levanten demandas sociales y es el único país latinoamericano que tiene tropas en Irak.
También el 18 de agosto asume el nuevo gobierno del Paraguay, encabezado por el ex obispo Fernando Lugo, de 57 años. El futuro gobernante prometió profundas reformas sociales en un país donde la clase rica se beneficio de 61 años de dominación del partido Colorado, que incluyen los 35 de la dictadura de Alfredo Stroeesner. Lugo
administrará una nación preponderantemente indígena, donde el campesinado y los pobres sufren la inequidad y la miseria, y deben resignarse a vivir en el 7% del territorio nacional, mientras la clase latifundista que representa al 7% de la población usufructúa del 93% de todas las tierras.
Y lejos de nuestra región, al presidente de Georgia, Mikheil Saakashvili, aliado íntimo de Bush, le está ocurriendo todo lo contrario que a Morales: tambalea en el gobierno, mientras su nación sufre una humillación militar de envergadura y está a punto de caer del poder después de haber llevado a su país a la mal calculada aventura de apoderarse de Osetia del Sur, un pequeño país independiente protegido por Rusia que no quiere ser parte de Georgia.
A medida que avanzan los lentos cómputos de la elección boliviana, el caudal de votos alcanzado por Evo Morales se acerca al 70% y, a la vez, cambia el mapa electoral que en las primeras horas posteriores a la votación le atribuyó derrotas en cinco de nueve departamentos, que en las últimas horas se habían reducido a dos. Asimismo, la OEA adelantó una abstención de alrededor de 15%, tasa bajísima para cualquier país
latinoamericano.
Sin embargo, la resonante victoria democrática de Morales no ha sido recogida de manera racional por los medios de comunicación de Bolivia, Chile ni del resto del mundo, que alardean con un supuesto “empate” y se empeñan en reemplazar la realidad real con un mundo virtual. Tal como ocurrió en su momento en Venezuela, los medios de comunicación están abandonando su rol informativo, que debiera ser veraz e imparcial, para convertirse en protagonistas políticos, como si fueran partidos.
¿Quién es Saakashvili?
El presidente del país donde nació José Stalin creyó que controlar Osetia del Sur sería un paseo, pero probablemente le cueste el cargo. Saakashvili alcanzó el poder traicionando a su ex maestro y protector Edward Schevarnadze, el último canciller de la Unión Soviética, quien fue el primer jefe de Estado de Georgia tras la desaparición de la
URSS. Medios como CNN, los países de la OTAN y el discurso de Bush y Condoleezza Rice presentan a Georgia como víctima y no como país agresor.
El mismo error de cálculo del “paseo militar” de Saakashvili ya ha ocasionado muchos sufrimientos en otras latitudes, cada vez que gobernantes cuestionados creyeron conquistar popularidad y legitimidad haciendo sonar las campanas del nacionalismo y la “integridad territorial”. Lo hicieron aquellos militares argentinos que con una mano torturaban a los jóvenes obreros y estudiantes de todo el país y con la otra los mandaban “a morir por la patria” en Las Malvinas.
Saakashvili es un peón de Estados Unidos en el tablero geopolítico del poder imperial en esa parte del mundo. Estudió leyes en EEUU, en las universidades de Columbia y George Washington, y trabajó en un influyente estudio de abogados de Nueva York. Y hoy vendería su alma al diablo con tal de ingresar a la OTAN.
Mal aconsejado por EEUU y tras una reciente visita de Condoleezza Rice, que le prometió el oro y el moro, el 6 de agosto Saakashvili se lanzó a recuperar Osetia del Sur, territorio que reivindican los nacionalistas de Georgia, pero midió mal la reacción rusa y le dio el
pretexto para ocupar toda Osetia del Sur y la vecina Abkhasia, otra nación enclavada en la frontera ruso-georgiana. Y así EEUU gatilló otra guerra que no se sabe cómo y cuándo va a terminar.
El futuro en El Salvador
Mauricio Funes es un periodista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), nacido en 1959, que según todas las encuestas resultará elegido presidente de El Salvador en la elección presidencial del 15 de marzo 2009. Previamente, el 18 de enero, habrá elecciones parlamentarias y municipales que, según todas las encuestas,
también ganará el FMLN.
A 12 años del término de la guerra civil de dos décadas, a comienzos del 2009 puede comenzar a escribirse un nuevo capítulo en la historia de este país, destruido por la intervención de EEUU durante la segunda mitad del siglo 20.
Primero llegaron las corporaciones que se adueñaron de la tierra para cultivar el banano y otras especies, luego destruyeron el ambiente y cometieron incontables abusos contra los trabajadores de El Salvador. Enseguida, irrumpieron los escuadrones de la muerte y EEUU llevó sus recetas de contrainsurgencia, los tratados comerciales dañinos y el bloqueo de los movimientos democráticos.
Y ahora, por primera vez desde los Acuerdos de Paz que en 1992 dieron fin a la brutal guerra civil de doce años, el progresista FMLN tiene una opción razonable de ganar el poder en las próximas elecciones. En todas las últimas encuestas de 2008, el Frente exhibe una cómoda ventaja sobre el partido derechista ARENA, que ha perpetuado las
mismas políticas dañinas que condujeron a la guerra civil en 1980.
Se espera que el FMLN detenga la desastrosa privatización del acceso al agua y el cuidado de salud, restaure los derechos de los trabajadores, luche por enmendar los acuerdos de comercio para un reparto más equitativo que beneficie menos a las corporaciones, ponga fin a la participación de El Salvador en la ocupación de Irak y, en
general, siga la trayectoria pavimentada por los gobiernos progresistas latinoamericanos que muestran distintos grados de distanciamiento de EEUU, con diferentes matices, desde Brasil a Cuba, pasando por Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Nicaragua y otros, cuyos gobiernos se muestran más bien distantes y “descomprometidos” con la suerte del imperio en esta parte del mundo, como Guatemala, Honduras, probablemente Paraguay y otras naciones
Mauricio Funes ha dicho con claridad que Washington no está yendo a ninguna parte y que, a pesar de las cicatrices del pasado, está dispuesto a trabajar con quien suceda a Bush. Comentando 'La necesidad de un cambio en el gobierno', el editorialista Salvador Ventura, del diario Colatino de San Salvador, afirmó el 11 de agosto: 'Las encuestas, mapa del momento, dicen que el FMLN y su candidato Mauricio Funes ganarán las elecciones. Eso, en primera instancia, llena de optimismo a los salvadoreños'.
Luego añadió: Un segundo instante sostiene que la derecha, si se puede hablar de un sector reflexivo, ha entendido el mensaje y la necesidad de un cambio de rumbo en la manera de administrar la cosa pública. Y una tercera etapa, que la izquierda se encuentra preparada para aceptar el reto, asumir el gobierno y eventualmente el poder'.
Al parecer, la suerte está echada... Mauricio Funes llevará como candidato a vicepresidente al ex-combatiente Salvador Sánchez Cerén.
Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
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Invasión a Osetia,
Rusia
Rusia trata de librar a Georgia de su locura
John Helmer
Asia Times
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Una palabra explica el motivo por el cual EE.UU., la OTAN y la Unión Europea se han forzado a cruzarse de brazos, mientras Rusia defiende sus ciudades, y sus intereses nacionales en el Cáucaso, y libera a los georgianos de la demencia de su impopular presidente, Mikheil Saakashvili. Esa palabra es Kosovo.
Rusia envió tropas a la región separatista georgiana de Osetia del Sur para enfrentar a soldados georgianos que habían avanzado dentro de ese territorio. Cuatro días de duros combates han causado miles de víctimas y la retirada de las fuerzas georgianas. Se informó que las tropas rusas seguían combatiendo el lunes en partes de Georgia, incluso alrededor de la capital Tbilisi.
Ochocientos años de historia caucásica explican por qué Saakashvili ha impuesto semejante destrucción e ignominia sobre sus compatriotas durante los últimos días. La reina Tamar, la más importante soberana georgiana (1184-1213), es responsable por el hábito mostrado por los gobernantes georgianos durante el último milenio de tratar a sus vecinos Armenia, Azerbaiján, Osetia y la costa de Turquía en el Mar Negro como si fueran protectorados. Pero como Tamar también enseñó a sus compatriotas, a la ambición georgiana siempre se le acaba la fuerza cuando los vecinos resultan ser igual de ambiciosos, ricos o duros.
El número 300 explica lo que significa ser más duro – es la suma de la cantidad de piezas de artillería rusa que fueron desplegadas solo a Osetia del Sur, una vez que Saakashvili despachó sus soldados entrenados por EE.UU. e Israel para que entraran en acción en Tsjinvali, capital de Osetia del Sur. Ese ataque, según el pensamiento militar ruso, no tenía la intención de retener a Tsjinvali en Georgia, sino de destruirla, y retirarse rápidamente a Georgia – terminando con la secesión surosetia a través de la liquidación de su pueblo.
Queda por ver cuán duros son ahora los objetivos de guerra rusos – a diferencia de sus métodos. Según fuentes georgianas, no hay refugio para los atacantes en la propia Georgia, mientras la artillería rusa golpea duramente a las unidades militares georgianas dentro de su alcance; la fuerza aérea rusa bombardea toda unidad y depósito militar en territorio georgiano; y la flota rusa del Mar Negro responde al fuego de barcos georgianos frente a Ochamchire, el puerto regional abjazio.
Para todos los rusos, no sólo para los que tienen parientes en Osetia, la destrucción casi total por cañones georgianos de Tsjinvali es un crimen de guerra. Las muertes de unos 2.000 civiles en el ataque georgiano, y la fuga forzada de unos 35.000 sobrevivientes de la ciudad – el último censo de la población de Tsjinvali fue de 30.000 – han sido descritas por los dirigentes rusos, y son entendidas por la opinión pública rusa, como una forma de genocidio. Noventa por ciento de la población de la ciudad, son ciudadanos rusos.
Para los rusos, el ataque georgiano del 8 de agosto parece ser el mismo tipo de “limpieza étnica” que EE.UU. y las potencias europeas han tratado como un crimen contra la humanidad, cuando fue cometido en el antiguo territorio de Yugoslavia federal.
Pero los rusos ven la guerra internacional que despedazó Yugoslavia como un ensayo para despedazar el Cáucaso ruso, primero al armar al secesionista chechenio Dzhokar Dudayev; luego, al financiar terrorismo anti-ruso en las provincias rusas de Chechenia e
Ingushetia; y ahora por la arremetida militar georgiana contra Osetia del Sur.
Ya que EE.UU. y la Unión Europea han obligado hace tan poco tiempo a Serbia a aceptar la toma albana de la provincia Kosovo de Serbia, el punto de vista abrumador en Rusia es que no se permitirá que esto vuelva a ocurrir. “Osetia no es Kosovo” es hoy un refrán generalizado en Moscú.
“Si [el antiguo presidente yugoslavo] Slobodan Milosevic tuvo que ser juzgado – la opinión en este país es que lo mismo debería pasar con Saakashvili," dice un destacado analista moscovita.
Pero ¿es ahora un objetivo de guerra ruso expulsar del poder de Saakashvili? Dicen que el Ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo a la Secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, durante el fin de semana que Saakashvili "debe irse". Bernard Kouchner, Ministro de Exteriores francés, en una misión de mediación entre las capitales georgiana y rusa, oirá el mismo punto de vista en Moscú el lunes.
El argumento ruso es que, desde su llegada al poder en 2003, Saakashvili ha militarizado su país con armas, entrenamiento militar y dinero de EE.UU., la OTAN e Israel, sin otro propósito que amenazar a Rusia, y a las nacionalidades minoritarias de la región, que buscan la protección de Moscú – los abjazios y los osetios.
Saakashvili, dice el argumento ruso, ha iniciado una escalada militar durante el último año porque su base política se ha resquebrajado y su apoyo interior disminuye. La oposición política georgiana en el interior, y en el exilio, está de acuerdo. Acusa al presidente y a su familia, incluyendo al poderoso Timur Alasaniya, tío de Saakashvili, de enriquecerse de un modo corrupto con el tráfico de armas y de apoderarse de los recursos del país, de concesiones portuarias y comerciales para ellos y sus partidarios. Alasaniya, hermano de la madre de Saakashvili, tiene la posición oficial de representante georgiano ante una Comisión de Desarme de Naciones Unidas en Nueva York (nada que ver con Irakly Alasaniya, embajador de Georgia ante Naciones Unidas).
Los dirigentes de la oposición georgiana casi lograron derribar a Saakashvili durante el otoño pasado. El presidente se vio obligado a imponer el estado militar en Tbilisi, mientras su ex ministro de defensa, Irakly Okruashvili, lo acusaba públicamente de asesinato y corrupción. Okruashvili se encuentra actualmente en París, donde el gobierno francés le otorgó asilo político. En junio, un tribunal francés rechazó la orden de detención de Saakashvili para el arresto y extradición de su antiguo amigo y actual crítico más encarnizado. Okruashvili no está comprometido por antiguos vínculos profesionales con Moscú, como una serie de dirigentes de partidos políticos en Tbilisi. Okruashvili es un probable candidato para reemplazar a Saakashvili, siempre y cuando la opinión pública se vuelva contra el presidente.
Pero esto no puede suceder mientras continúen las operaciones militares rusas contra objetivos georgianos. Destacadas personalidades de la oposición dentro del país, como Shalva Natelashvili, jefe del Partido del Trabajo Georgiano, creen que deben mantenerse en silencio por el momento. Según Irakly Kakabadze, organizador independiente de la oposición basado en Nueva York: “Una vez que terminen los bombardeos, creo que Saakashvili no sobrevivirá.” En la primavera, Kakabadze fue arrestado y encarcelado en Tbilisi por hombres de la seguridad de Saakashvili que trataban de desorganizar una protesta callejera contra el régimen del presidente.
La opinión pública en Georgia ya culpa a Saakashvili por la locura y la pérdida de la aventura osetia. Incluso antes de que comenzara la semana pasada, dirigentes de la oposición llamaron a terminar con la militarización del país. Sin embargo, como dijo un dirigente opositor el lunes, los bombardeos deben detenerse: “De otra manera, los rusos estarán convirtiendo a Saakashvili en la víctima.”
El problema para los rusos es que la detención de la campaña militar no pone fin a las amenazas de Saakashvili. Tampoco existe confianza alguna en Moscú, a ambos lados del muro del Kremlin, en que se pueda confiar en que Rice y en Kouchner controlen a Saakashvili, incluso si prometieran hacerlo.
Si esta semana se acuerda un cese al fuego, georgianos y rusos podrían ponerse de acuerdo en que Saakashvili tiene una responsabilidad por la guerra que comenzó el 8 de agosto. Sin embargo, ni los críticos internos de Saakashvili, ni el gobierno ruso, esperan que los estadounidenses abandonen ahora a su hombre – menos todavía, que lo escolten al tribunal de crímenes de guerra de La Haya.
Ya que los franceses tienen a la alternativa presidencial georgiana, Okruashvili, bajo su tutela en Paris, lo que hagan a continuación podría colmar la brecha que abrió la artillería de Saakashvili el viernes pasado.
-------------
John Helmer ha sido corresponsal basado en Moscú desde 1989, especializado en la cobertura del mundo de los negocios ruso.
(Copyright 2008 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.
http://www.atimes.com/atimes/Central_Asia/JH12Ag02.html
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Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Una palabra explica el motivo por el cual EE.UU., la OTAN y la Unión Europea se han forzado a cruzarse de brazos, mientras Rusia defiende sus ciudades, y sus intereses nacionales en el Cáucaso, y libera a los georgianos de la demencia de su impopular presidente, Mikheil Saakashvili. Esa palabra es Kosovo.
Rusia envió tropas a la región separatista georgiana de Osetia del Sur para enfrentar a soldados georgianos que habían avanzado dentro de ese territorio. Cuatro días de duros combates han causado miles de víctimas y la retirada de las fuerzas georgianas. Se informó que las tropas rusas seguían combatiendo el lunes en partes de Georgia, incluso alrededor de la capital Tbilisi.
Ochocientos años de historia caucásica explican por qué Saakashvili ha impuesto semejante destrucción e ignominia sobre sus compatriotas durante los últimos días. La reina Tamar, la más importante soberana georgiana (1184-1213), es responsable por el hábito mostrado por los gobernantes georgianos durante el último milenio de tratar a sus vecinos Armenia, Azerbaiján, Osetia y la costa de Turquía en el Mar Negro como si fueran protectorados. Pero como Tamar también enseñó a sus compatriotas, a la ambición georgiana siempre se le acaba la fuerza cuando los vecinos resultan ser igual de ambiciosos, ricos o duros.
El número 300 explica lo que significa ser más duro – es la suma de la cantidad de piezas de artillería rusa que fueron desplegadas solo a Osetia del Sur, una vez que Saakashvili despachó sus soldados entrenados por EE.UU. e Israel para que entraran en acción en Tsjinvali, capital de Osetia del Sur. Ese ataque, según el pensamiento militar ruso, no tenía la intención de retener a Tsjinvali en Georgia, sino de destruirla, y retirarse rápidamente a Georgia – terminando con la secesión surosetia a través de la liquidación de su pueblo.
Queda por ver cuán duros son ahora los objetivos de guerra rusos – a diferencia de sus métodos. Según fuentes georgianas, no hay refugio para los atacantes en la propia Georgia, mientras la artillería rusa golpea duramente a las unidades militares georgianas dentro de su alcance; la fuerza aérea rusa bombardea toda unidad y depósito militar en territorio georgiano; y la flota rusa del Mar Negro responde al fuego de barcos georgianos frente a Ochamchire, el puerto regional abjazio.
Para todos los rusos, no sólo para los que tienen parientes en Osetia, la destrucción casi total por cañones georgianos de Tsjinvali es un crimen de guerra. Las muertes de unos 2.000 civiles en el ataque georgiano, y la fuga forzada de unos 35.000 sobrevivientes de la ciudad – el último censo de la población de Tsjinvali fue de 30.000 – han sido descritas por los dirigentes rusos, y son entendidas por la opinión pública rusa, como una forma de genocidio. Noventa por ciento de la población de la ciudad, son ciudadanos rusos.
Para los rusos, el ataque georgiano del 8 de agosto parece ser el mismo tipo de “limpieza étnica” que EE.UU. y las potencias europeas han tratado como un crimen contra la humanidad, cuando fue cometido en el antiguo territorio de Yugoslavia federal.
Pero los rusos ven la guerra internacional que despedazó Yugoslavia como un ensayo para despedazar el Cáucaso ruso, primero al armar al secesionista chechenio Dzhokar Dudayev; luego, al financiar terrorismo anti-ruso en las provincias rusas de Chechenia e
Ingushetia; y ahora por la arremetida militar georgiana contra Osetia del Sur.
Ya que EE.UU. y la Unión Europea han obligado hace tan poco tiempo a Serbia a aceptar la toma albana de la provincia Kosovo de Serbia, el punto de vista abrumador en Rusia es que no se permitirá que esto vuelva a ocurrir. “Osetia no es Kosovo” es hoy un refrán generalizado en Moscú.
“Si [el antiguo presidente yugoslavo] Slobodan Milosevic tuvo que ser juzgado – la opinión en este país es que lo mismo debería pasar con Saakashvili," dice un destacado analista moscovita.
Pero ¿es ahora un objetivo de guerra ruso expulsar del poder de Saakashvili? Dicen que el Ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo a la Secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, durante el fin de semana que Saakashvili "debe irse". Bernard Kouchner, Ministro de Exteriores francés, en una misión de mediación entre las capitales georgiana y rusa, oirá el mismo punto de vista en Moscú el lunes.
El argumento ruso es que, desde su llegada al poder en 2003, Saakashvili ha militarizado su país con armas, entrenamiento militar y dinero de EE.UU., la OTAN e Israel, sin otro propósito que amenazar a Rusia, y a las nacionalidades minoritarias de la región, que buscan la protección de Moscú – los abjazios y los osetios.
Saakashvili, dice el argumento ruso, ha iniciado una escalada militar durante el último año porque su base política se ha resquebrajado y su apoyo interior disminuye. La oposición política georgiana en el interior, y en el exilio, está de acuerdo. Acusa al presidente y a su familia, incluyendo al poderoso Timur Alasaniya, tío de Saakashvili, de enriquecerse de un modo corrupto con el tráfico de armas y de apoderarse de los recursos del país, de concesiones portuarias y comerciales para ellos y sus partidarios. Alasaniya, hermano de la madre de Saakashvili, tiene la posición oficial de representante georgiano ante una Comisión de Desarme de Naciones Unidas en Nueva York (nada que ver con Irakly Alasaniya, embajador de Georgia ante Naciones Unidas).
Los dirigentes de la oposición georgiana casi lograron derribar a Saakashvili durante el otoño pasado. El presidente se vio obligado a imponer el estado militar en Tbilisi, mientras su ex ministro de defensa, Irakly Okruashvili, lo acusaba públicamente de asesinato y corrupción. Okruashvili se encuentra actualmente en París, donde el gobierno francés le otorgó asilo político. En junio, un tribunal francés rechazó la orden de detención de Saakashvili para el arresto y extradición de su antiguo amigo y actual crítico más encarnizado. Okruashvili no está comprometido por antiguos vínculos profesionales con Moscú, como una serie de dirigentes de partidos políticos en Tbilisi. Okruashvili es un probable candidato para reemplazar a Saakashvili, siempre y cuando la opinión pública se vuelva contra el presidente.
Pero esto no puede suceder mientras continúen las operaciones militares rusas contra objetivos georgianos. Destacadas personalidades de la oposición dentro del país, como Shalva Natelashvili, jefe del Partido del Trabajo Georgiano, creen que deben mantenerse en silencio por el momento. Según Irakly Kakabadze, organizador independiente de la oposición basado en Nueva York: “Una vez que terminen los bombardeos, creo que Saakashvili no sobrevivirá.” En la primavera, Kakabadze fue arrestado y encarcelado en Tbilisi por hombres de la seguridad de Saakashvili que trataban de desorganizar una protesta callejera contra el régimen del presidente.
La opinión pública en Georgia ya culpa a Saakashvili por la locura y la pérdida de la aventura osetia. Incluso antes de que comenzara la semana pasada, dirigentes de la oposición llamaron a terminar con la militarización del país. Sin embargo, como dijo un dirigente opositor el lunes, los bombardeos deben detenerse: “De otra manera, los rusos estarán convirtiendo a Saakashvili en la víctima.”
El problema para los rusos es que la detención de la campaña militar no pone fin a las amenazas de Saakashvili. Tampoco existe confianza alguna en Moscú, a ambos lados del muro del Kremlin, en que se pueda confiar en que Rice y en Kouchner controlen a Saakashvili, incluso si prometieran hacerlo.
Si esta semana se acuerda un cese al fuego, georgianos y rusos podrían ponerse de acuerdo en que Saakashvili tiene una responsabilidad por la guerra que comenzó el 8 de agosto. Sin embargo, ni los críticos internos de Saakashvili, ni el gobierno ruso, esperan que los estadounidenses abandonen ahora a su hombre – menos todavía, que lo escolten al tribunal de crímenes de guerra de La Haya.
Ya que los franceses tienen a la alternativa presidencial georgiana, Okruashvili, bajo su tutela en Paris, lo que hagan a continuación podría colmar la brecha que abrió la artillería de Saakashvili el viernes pasado.
-------------
John Helmer ha sido corresponsal basado en Moscú desde 1989, especializado en la cobertura del mundo de los negocios ruso.
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lunes, 11 de agosto de 2008
Kosovo Sí, Osetia no: entendiendo lo que ocurre en Georgia
Aprovechando la distracción de los Juegos Olímpicos, el presidente de Georgia decidió invadir a Osetia del Sur para evitar que ésta se una con Osetia del Norte, provocando más de dos mil víctimas.
Luigino Bracci Roa
YVKE Mundial
El presidente de Georgia decidió resolver los problemas que tiene desde 1989 con la provincia separatista de Osetia de la forma más radical: haciendo una invasión sorpresa, apoyada por Estados Unidos y aprovechando que el planeta está distraído con los Juegos Olímpicos. Necesita terminar con la secesión antes de diciembre, para así poder unirse a la OTAN. El 99 por ciento de los habitantes de Osetia del Sur desean unirse con Osetia del Norte bajo la Federación Rusa. Pero el mundo no los apoya, aunque sí apoyan a Kosovo.
Un fuerte conflicto se desató el viernes en la región de Georgia llamada Osetia, cuando el Ejército georgiano trató de tomar la ciudad por sorpresa para poner fin a un movimiento que, desde los años noventa, intenta que dicha región se una de nuevo en una sola nación que forme parte de la Federación rusa.
Esto ocasionó una fuerte respuesta de Rusia, que penetró el territorio. "El Kremlin envió tanques y aviación a la capital independentista, Tsjinvali, para evitar su captura por las tropas georgianas que, al mediodía de ayer, estaban a punto de controlar la ciudad después de un asalto masivo en el que según diversas fuentes, se registraron numerosas víctimas civiles", relata El País de España.
Para entender mejor el conflicto, hay que entender qué ocurre exactamente en Georgia en estos momentos. También debemos explicar qué es Osetia y cuales son sus aspiraciones. Por último, entenderemos las similtudes y diferencias entre Osetia y Kosovo, y por qué.
Georgia, apoyada por EEUU, quiere formar parte de la OTAN a como dé lugar
Tras bambalinas, lo que ocurre es un fuerte conflicto geopolítico donde Georgia, país fuertemente apoyado por Estados Unidos (donde ocurrió una "revolución rosa" en 2003 con apoyo norteamericano que desplazó del poder al presidente de aquel entonces, Eduard Shevardnadze), se enfrenta con una región, Osetia del Sur, que desea integrarse a Osetia del Norte, república que forma parte de la Federación Rusa.

Según explica el analista Peter Lavelle, Georgia además hace esfuerzos extraordinarios por entrar en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte, bloque militar occidental creado originalmente para defenderse de la URSS), debido a que el ingreso permitirá a su presidente, Mijail Saakashvili, cumplir su promesa de un Programa de Acción de Membresías que ocurrirá al entrar en el bloque. Desea hacerlo antes de diciembre, próxima reunión de la Organización.
Sin embargo, Georgia no puede formar parte de la OTAN porque, para ser miembro de esta organización, se exige a los Estados que no tengan problemas territoriales no solucionados. Georgia tiene el problema de Osetia y el de la región de Abjasia, que también se proclama república autónoma desde 1992.
Saakashvili tiene que resolver sus problemas con Osetia para ser parte de la Otan. A pesar de que prometió el 6 de agosto una tregua unilateral, el 8 de agosto Saakashvili rompió su promesa. "La razón es obvia: el mundo entero está viendo las Olimpiadas de Verano en Beijing", explica Lavelle, quien añade que Estados Unidos le dió un apoyo tácito a la "agresión sin sentido" de Saakashvili. "La OTAN probablemente hará lo mismo, aunque con el usual toque moral pidiendo respeto a los derechos humanos".
Y así ocurrió. El Presidente Bush, quien está de visita en Beijing, emitió un corto comunicado este sábado pidiendo el fin "inmediato" de los combates en Osetia del Sur. "Pedimos el fin de los bombardeos rusos y la vuelta a la situación del 6 de agosto", dijo. "Georgia es un país soberano y hay que respetar su integridad territorial", agregó. Dijo que trabajará con sus "aliados europeos" para "lanzar una mediación internacional para reanudar el diálogo". "Rusia tiene que apoyar estos esfuerzos para restablecer la paz lo antes posible".
Lavelle añade que los países occidentales y Ucrania han dotado a Georgia con un fuerte arsenal de armamento pesado, y que militares estadounidenses han practicado "juegos de guerra" y han entrenado a las nuevas fuerzas de Georgia a través de ejercicios.
Los osetios se consideran un grupo étnico aparte de los rusos y los georgianos. Tienen su propio idioma, costumbres y cultura propia. En la actualidad, Osetia está dividida en dos: una buena parte del territorio, Osetia del Norte, forma parte de la Federación Rusa, pero otra parte, Osetia del Sur, pertenece a Georgia.
Una vez comezó el proceso de disolución de la Unión Sovietica en 1989, Osetia del Sur se autodeclaró unida a Osetia del Norte, decisión que el Parlamento de Georgia declaró anticonstitucional, y que la comunidad internacional se negó a aceptar. Esto causó una guerra civil, que provocó que unos 100.000 osetios emigraran a la parte rusa del país. En el conflicto, Georgia ha recibido el apoyo de Estados Unidos, mientras que Osetia del Sur recibió el de Rusia.
El 19 de enero de 1992, la mayoría de los habitantes de Osetia del Sur votó a favor de su anexión a Rusia. Un nuevo referendo se realizó 14 años después, el 12 de noviembre de 2006, con un 91% de participación, en donde el 99% votó por la independencia de Georgia y la unión con Osetia del Norte y Rusia. Este referendo no fue reconocido por Georgia ni la comunidad internacional.
Las hostilidades cesaron tras la firma de un acuerdo entre Rusia y Georgia, por el cual a partir del 14 de julio de 1992 en la zona se desplegarían fuerzas de paz tripartitas, tanto de Rusia como de Georgia y de Osetia del Sur.
Petróleo, siempre petróleo
No puede dejarse de notar que Georgia es un país de importancia vital desde el punto de vista geopolítico, pues miles de barriles de petróleo y gas se extraen diariamente desde el mar Caspio y deben transportarse al mar Negro, con el fin de que puedan llevarse al Mediterráneo y al resto del mundo.
Estados Unidos controla únicamente los oleoductos que pasan por Georgia, pues el resto pasan por Rusia. Si Osetia del Sur se integra a Rusia, estos oleoductos georgianos ya dejarán de estar controlados por los Estados Unidos.
La agresión de Georgia
Una vez entendido esto, podemos retomar lo ocurrido en Osetia.
Simultáneamente al inicio de las Olimpiadas en Beijing, el Ejército georgiano trató de tomar la capital de Osetia del Sur, Tsjinvali, por sorpresa para poner fin al movimiento que intenta que dicha región se una de nuevo en una sola nación que forme parte de la Federación rusa.
Según el líder osetio Eduard Kokoiti, 1.400 civiles podrían haber muerto en una ofensiva de Georgia sobre puntos estratégicos de Osetia. Según el embajador ruso en Tbilisi, Viaceslav Kovalenko, son "como mínimo 2 mil" las víctimas civiles en los ataques de Georgia contra la capital de la república separatista Osetia del Sur.
Aviones de guerra georgianos han atacado las posiciones de la provincia de Osetia del Sur horas después de que abrieran fuego con tanques. Varios aviones georgianos modelo Su-25, tomaron parte en el ataque en la capital de la región separatista de Tsjinvali. El Comité de Información y Prensa (CIP) del Gobierno secesionista afirma que los ataques han causado al menos quince muertos.
Esto ocasionó una fuerte respuesta de Rusia, que penetró el territorio. "El Kremlin envió tanques y aviación a la capital independentista, Tsjinvali, para evitar su captura por las tropas georgianas que, al mediodía de ayer, estaban a punto de controlar la ciudad después de un asalto masivo en el que según diversas fuentes, se registraron numerosas víctimas civiles", relata El País de España.
En respuesta, el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, acusó a Rusia de invadir el territorio georgiano y declaró la movilización general del Ejército que supondrá una inyección de 100.000 hombres a las Fuerzas Armadas. "Rusia ha entrado en guerra con nosotros en nuestro propio territorio", advirtió el líder georgiano. A esas tropas se unirán inmediatamente un millar de los 2.000 soldados que Georgia tiene destacados en Irak.
Los refuerzos entraron en Tsjinvali poco después de que el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, declarara que defenderá la seguridad de sus compatriotas y acusara a Georgia de violar el derecho internacional al emprender una agresión contra Osetia del Sur, que existe como estado independiente pero sin reconocimiento internacional hace dieciséis años.
Rusia no tiene previsto recular. Su presidente, Dimitri Medvédev, ha hablado por teléfono con su homólogo estadounidense, George W. Bush, al que ha comunicado en primera persona que la única salida a la crisis actual es la retirada de las fuerzas de Tbilisi.
Este sábado, un bombardeo ocurrió en la ciudad de Gori, en territorio de Georgia fuera de Osetia. Las bombas cayeron en áreas civiles, dejando decenas de muertos. Las agencias internacionales acusan a Rusia de haber causado el bombardeo.
Georgia, que primero ha declarado el estado de guerra, ahora insiste en un alto el fuego para impedir una supuesta "limpieza étnica" perpetrada por Rusia en su territorio. Los representantes del Gobierno de Moscú defienden la legalidad de su intervención para proteger a sus ciudadanos en la región.
Al ocurrir estos hechos, las tropas de la República de Abjasia, que también había declarado su indepdendencia desde 1992 pero que no reconocen ni Georgia ni la Comunidad Internacional, han decidido mover su ficha por cuenta propia y han lanzando una ofensiva para apoderarse del desfiladero de Kodori, que Georgia había retomado en 2006 en violación de los acuerdos de desmilitarización de las zonas colindantes, alcanzado en 1995.
Kosovo sí, Osetia no
A pesar de que esta comunidad internacional ha aceptado con extraordinaria rapidez la independencia de Kosovo y el desmembramiento de la antigua República Socialista de Yugoslavia (apoyada por Estados Unidos y la Otan), ese no ha sido el caso con Osetia del Sur, territorio que en todo caso no desea ser independiente sino unirse a Osetia del Norte, que es una República que forma parte de la Federación Rusa. La razón posiblemente tiener que ver con el apoyo que Estados Unidos da a Georgia, y a la importacia geoestratégica del territorio, surcado por oleoductos que llevan petróleo y gas desde el mar Caspio hasta el Mediterráneo.
Enlace a textos, mapas y fotos en Rebelión
Luigino Bracci Roa
YVKE Mundial
El presidente de Georgia decidió resolver los problemas que tiene desde 1989 con la provincia separatista de Osetia de la forma más radical: haciendo una invasión sorpresa, apoyada por Estados Unidos y aprovechando que el planeta está distraído con los Juegos Olímpicos. Necesita terminar con la secesión antes de diciembre, para así poder unirse a la OTAN. El 99 por ciento de los habitantes de Osetia del Sur desean unirse con Osetia del Norte bajo la Federación Rusa. Pero el mundo no los apoya, aunque sí apoyan a Kosovo.
Un fuerte conflicto se desató el viernes en la región de Georgia llamada Osetia, cuando el Ejército georgiano trató de tomar la ciudad por sorpresa para poner fin a un movimiento que, desde los años noventa, intenta que dicha región se una de nuevo en una sola nación que forme parte de la Federación rusa.
Esto ocasionó una fuerte respuesta de Rusia, que penetró el territorio. "El Kremlin envió tanques y aviación a la capital independentista, Tsjinvali, para evitar su captura por las tropas georgianas que, al mediodía de ayer, estaban a punto de controlar la ciudad después de un asalto masivo en el que según diversas fuentes, se registraron numerosas víctimas civiles", relata El País de España.
Para entender mejor el conflicto, hay que entender qué ocurre exactamente en Georgia en estos momentos. También debemos explicar qué es Osetia y cuales son sus aspiraciones. Por último, entenderemos las similtudes y diferencias entre Osetia y Kosovo, y por qué.
Georgia, apoyada por EEUU, quiere formar parte de la OTAN a como dé lugar
Tras bambalinas, lo que ocurre es un fuerte conflicto geopolítico donde Georgia, país fuertemente apoyado por Estados Unidos (donde ocurrió una "revolución rosa" en 2003 con apoyo norteamericano que desplazó del poder al presidente de aquel entonces, Eduard Shevardnadze), se enfrenta con una región, Osetia del Sur, que desea integrarse a Osetia del Norte, república que forma parte de la Federación Rusa.

Según explica el analista Peter Lavelle, Georgia además hace esfuerzos extraordinarios por entrar en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte, bloque militar occidental creado originalmente para defenderse de la URSS), debido a que el ingreso permitirá a su presidente, Mijail Saakashvili, cumplir su promesa de un Programa de Acción de Membresías que ocurrirá al entrar en el bloque. Desea hacerlo antes de diciembre, próxima reunión de la Organización.
Sin embargo, Georgia no puede formar parte de la OTAN porque, para ser miembro de esta organización, se exige a los Estados que no tengan problemas territoriales no solucionados. Georgia tiene el problema de Osetia y el de la región de Abjasia, que también se proclama república autónoma desde 1992.
Saakashvili tiene que resolver sus problemas con Osetia para ser parte de la Otan. A pesar de que prometió el 6 de agosto una tregua unilateral, el 8 de agosto Saakashvili rompió su promesa. "La razón es obvia: el mundo entero está viendo las Olimpiadas de Verano en Beijing", explica Lavelle, quien añade que Estados Unidos le dió un apoyo tácito a la "agresión sin sentido" de Saakashvili. "La OTAN probablemente hará lo mismo, aunque con el usual toque moral pidiendo respeto a los derechos humanos".
Y así ocurrió. El Presidente Bush, quien está de visita en Beijing, emitió un corto comunicado este sábado pidiendo el fin "inmediato" de los combates en Osetia del Sur. "Pedimos el fin de los bombardeos rusos y la vuelta a la situación del 6 de agosto", dijo. "Georgia es un país soberano y hay que respetar su integridad territorial", agregó. Dijo que trabajará con sus "aliados europeos" para "lanzar una mediación internacional para reanudar el diálogo". "Rusia tiene que apoyar estos esfuerzos para restablecer la paz lo antes posible".
Lavelle añade que los países occidentales y Ucrania han dotado a Georgia con un fuerte arsenal de armamento pesado, y que militares estadounidenses han practicado "juegos de guerra" y han entrenado a las nuevas fuerzas de Georgia a través de ejercicios.
Los osetios se consideran un grupo étnico aparte de los rusos y los georgianos. Tienen su propio idioma, costumbres y cultura propia. En la actualidad, Osetia está dividida en dos: una buena parte del territorio, Osetia del Norte, forma parte de la Federación Rusa, pero otra parte, Osetia del Sur, pertenece a Georgia.
Una vez comezó el proceso de disolución de la Unión Sovietica en 1989, Osetia del Sur se autodeclaró unida a Osetia del Norte, decisión que el Parlamento de Georgia declaró anticonstitucional, y que la comunidad internacional se negó a aceptar. Esto causó una guerra civil, que provocó que unos 100.000 osetios emigraran a la parte rusa del país. En el conflicto, Georgia ha recibido el apoyo de Estados Unidos, mientras que Osetia del Sur recibió el de Rusia.
El 19 de enero de 1992, la mayoría de los habitantes de Osetia del Sur votó a favor de su anexión a Rusia. Un nuevo referendo se realizó 14 años después, el 12 de noviembre de 2006, con un 91% de participación, en donde el 99% votó por la independencia de Georgia y la unión con Osetia del Norte y Rusia. Este referendo no fue reconocido por Georgia ni la comunidad internacional.
Las hostilidades cesaron tras la firma de un acuerdo entre Rusia y Georgia, por el cual a partir del 14 de julio de 1992 en la zona se desplegarían fuerzas de paz tripartitas, tanto de Rusia como de Georgia y de Osetia del Sur.
Petróleo, siempre petróleo
No puede dejarse de notar que Georgia es un país de importancia vital desde el punto de vista geopolítico, pues miles de barriles de petróleo y gas se extraen diariamente desde el mar Caspio y deben transportarse al mar Negro, con el fin de que puedan llevarse al Mediterráneo y al resto del mundo.
Estados Unidos controla únicamente los oleoductos que pasan por Georgia, pues el resto pasan por Rusia. Si Osetia del Sur se integra a Rusia, estos oleoductos georgianos ya dejarán de estar controlados por los Estados Unidos.
La agresión de Georgia
Una vez entendido esto, podemos retomar lo ocurrido en Osetia.
Simultáneamente al inicio de las Olimpiadas en Beijing, el Ejército georgiano trató de tomar la capital de Osetia del Sur, Tsjinvali, por sorpresa para poner fin al movimiento que intenta que dicha región se una de nuevo en una sola nación que forme parte de la Federación rusa.
Según el líder osetio Eduard Kokoiti, 1.400 civiles podrían haber muerto en una ofensiva de Georgia sobre puntos estratégicos de Osetia. Según el embajador ruso en Tbilisi, Viaceslav Kovalenko, son "como mínimo 2 mil" las víctimas civiles en los ataques de Georgia contra la capital de la república separatista Osetia del Sur.
Aviones de guerra georgianos han atacado las posiciones de la provincia de Osetia del Sur horas después de que abrieran fuego con tanques. Varios aviones georgianos modelo Su-25, tomaron parte en el ataque en la capital de la región separatista de Tsjinvali. El Comité de Información y Prensa (CIP) del Gobierno secesionista afirma que los ataques han causado al menos quince muertos.
Esto ocasionó una fuerte respuesta de Rusia, que penetró el territorio. "El Kremlin envió tanques y aviación a la capital independentista, Tsjinvali, para evitar su captura por las tropas georgianas que, al mediodía de ayer, estaban a punto de controlar la ciudad después de un asalto masivo en el que según diversas fuentes, se registraron numerosas víctimas civiles", relata El País de España.
En respuesta, el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, acusó a Rusia de invadir el territorio georgiano y declaró la movilización general del Ejército que supondrá una inyección de 100.000 hombres a las Fuerzas Armadas. "Rusia ha entrado en guerra con nosotros en nuestro propio territorio", advirtió el líder georgiano. A esas tropas se unirán inmediatamente un millar de los 2.000 soldados que Georgia tiene destacados en Irak.
Los refuerzos entraron en Tsjinvali poco después de que el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, declarara que defenderá la seguridad de sus compatriotas y acusara a Georgia de violar el derecho internacional al emprender una agresión contra Osetia del Sur, que existe como estado independiente pero sin reconocimiento internacional hace dieciséis años.
Rusia no tiene previsto recular. Su presidente, Dimitri Medvédev, ha hablado por teléfono con su homólogo estadounidense, George W. Bush, al que ha comunicado en primera persona que la única salida a la crisis actual es la retirada de las fuerzas de Tbilisi.
Este sábado, un bombardeo ocurrió en la ciudad de Gori, en territorio de Georgia fuera de Osetia. Las bombas cayeron en áreas civiles, dejando decenas de muertos. Las agencias internacionales acusan a Rusia de haber causado el bombardeo.
Georgia, que primero ha declarado el estado de guerra, ahora insiste en un alto el fuego para impedir una supuesta "limpieza étnica" perpetrada por Rusia en su territorio. Los representantes del Gobierno de Moscú defienden la legalidad de su intervención para proteger a sus ciudadanos en la región.
Al ocurrir estos hechos, las tropas de la República de Abjasia, que también había declarado su indepdendencia desde 1992 pero que no reconocen ni Georgia ni la Comunidad Internacional, han decidido mover su ficha por cuenta propia y han lanzando una ofensiva para apoderarse del desfiladero de Kodori, que Georgia había retomado en 2006 en violación de los acuerdos de desmilitarización de las zonas colindantes, alcanzado en 1995.
Kosovo sí, Osetia no
A pesar de que esta comunidad internacional ha aceptado con extraordinaria rapidez la independencia de Kosovo y el desmembramiento de la antigua República Socialista de Yugoslavia (apoyada por Estados Unidos y la Otan), ese no ha sido el caso con Osetia del Sur, territorio que en todo caso no desea ser independiente sino unirse a Osetia del Norte, que es una República que forma parte de la Federación Rusa. La razón posiblemente tiener que ver con el apoyo que Estados Unidos da a Georgia, y a la importacia geoestratégica del territorio, surcado por oleoductos que llevan petróleo y gas desde el mar Caspio hasta el Mediterráneo.
Enlace a textos, mapas y fotos en Rebelión
lunes, 23 de junio de 2008
Rusia, ¿sexta economía mundial?
Hedelberto Lòpez Blanch
Rebelión
La afirmación de dirigentes rusos de que ese país se colocará en poco tiempo entre las seis potencias económicas más fuertes del mundo, solo podrá concretarse si logra convertirse de proveedor de energía y materias primas, en exportador de tecnología, maquinarias, y servicios de puntas.
Esa nación euroasiática sufrió una transmutación violenta que la llevó, en un abrir y cerrar de ojos, de un socialismo condescendiente (ex Unión Soviética) a un capitalismo desmedido. Empresas, minas y servicios pasaron de ser propiedades públicas, al sector privado que en muchas ocasiones ni abonaron el importe al Estado.
El presidente Dmitri Medvedev en un discurso ante la XII edición del Foro Económico Internacional efectuado a principios de junio en San Petersburgo, presentó un proyecto de modernización hasta 2020 que atraerán inversiones multimillonarias para la reconstrucción, modernización y construcción de aeropuertos, carreteras, industrias y de los juegos olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi.
Enfatizó que el país requiere técnicas y conocimientos modernos pues el objetivo es situarse entre las seis potencias económicas más fuertes del mundo y para eso debe superar la dependencia de la exportación de materias primas y energía y concentrarse en llevar tecnología de punta a barcos, aviones, software y técnica atómica, así como la nanotecnología que fue elevada a proyecto nacional.
Seguidamente, en el mismo Foro, el vice primer ministro Igor Shuvelov ratificó las palabras del presidente y dio como un hecho que Rusia ocupará a finales de este año ese anhelado lugar mundial.
Para lograr ese objetivo las transformaciones deben ser grandes pues como se conoce, Rusia no cuenta con tecnologías de avanzada y sus productos industriales no pueden competir a nivel internacional con los de los países desarrollados y con los de otros como China, Taiwán, Corea del Sur, India, por citar algunos.
En 2007, Rusia se situó, según el Fondo Monetario Internacional en la 11 posición mundial con un Producto Interno Bruto (PIB) de 1 166 560 millones de dólares, por detrás de Estados Unidos, Japón, Alemania, China, Reino Unido, Francia, Italia, España, Canadá y Brasil, en ese orden.
El boletín oficial No. 26 publicado por la embajada de Rusia en Cuba, señala que en los años 90 se redujo el comercio exterior, que por primera vez en varias decenas de años resultó ser un negocio particular, que tenían como fondo las reformas de mercado ocurridas en el país.
Las administraciones de Mijail Gorvachov y Boris Yeltsin llevaron al país a una profunda crisis económica y a la perdida de su papel predominante en peliagudos problemas de la arena internacional.
Datos oficiales indican que en 2000 el índice de pobreza en Rusia había alcanzado la cifra de 30%. Los años de capitalismo la debilitaron enormemente y afectaron la mayoría de población.
Durante el período del gobierno de Vladimir Putin, comenzó a revertirse esa situación y en los últimos ocho años la pobreza se redujo a 14%; el crecimiento total del PIB fue de casi 70% (más de 7% anual), el de la industria 75% y el de las inversiones 125% que le permitieron situarse en el 11 lugar del orbe.
La atención medica que sufrió una extensa desatención, esta volviendo a equilibrarse con la instalación de más de 40 000 unidades de equipos de diagnóstico y atención gratuita al 90% de las embarazadas y a menores de edad (medida adoptada debido a la baja natalidad).
El gobierno de Medvedev tiene como objetivo convertir a la nación en un centro financiero internacional de influencia con una línea de control estatal y privado, impuesta por Putin, que hasta el momento le ha dado resultado.
Se delineo un nuevo enfoque en la elevación del nivel de vida de los ciudadanos para tratar de resolver los problemas sociales de salud pública, vivienda, educación y en la atención agrícola.
Ahora se prevén la creación de nuevas corporaciones estatales para reanimar determinados sectores de la economía donde según Shuvalov “donde el sector privado y los mecanismos de mercado no pueden reaccionar por su cuenta”. Las corporaciones operarán de acuerdo a mecanismos de gestión corporativa, transparencia y con especialistas altamente calificados. Entre estas se citan el banco estatal Vnesheconobank para atender el sector financiero y crediticio; Rosnanotex para desarrollar la nanotecnología; Rostejnologi para potenciar la industria de maquinarias y Rosatom para potenciar la energía nuclear. También aparecen los gigantes estatales de la Aeronáutica Unificada (OAK) que aglutina a las principales fábricas de aviones de uso civil, y la Corporación Naviera Unificada que abarca los astilleros rusos dedicados a la construcción de buques y tecnología naviera.
En estos ocho años, Moscú se transformó en una superpotencia energética al ser el segundo exportador mundial de crudo y el primero de gas natural, lo que junto a un mejor control de las ganancias y a los exorbitantes precios alcanzados por ese combustible le abrieron las puertas hacia su deseque económico.
Asimismo, el control sobre las ganancias de la exportación de petróleo (impuestos petroleros) le permitió incrementar el Fondo de Estabilización (Stabfond) y con esos ingresos se liquidaron todas las deudas de la ex URSS.
Los ingresos de petrodólares crecieron en el Stabfond y a finales de 2008 este organismo se dividió en el Fondo de Reserva (para caso de cataclismo financiero mundial) y el Fondo de Bienestar nacional que se utilizará en la reforma de pensiones.
Moscú esta volviendo a resurgir como potencia mundial y hoy no se puede hablar de defensa de mísiles estratégicos, el nuevo orden mundial, prioridades geopolíticas, resolución internacional de conflictos, cooperación nuclear, estabilidad estratégica o percepciones de seguridad si no se tiene en cuenta la posición del gigante ruso.
El país más grande del mundo con 17 075 400 kilómetros cuadrados y una población de 145,3 millones de habitantes con alto índice de desarrollo educacional humano puede alcanzar la meta de convertirse en la sexta potencia económica pero para lograrlo tendrá que trabajar duro.
Enlace a texto en Rebelión
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