El próximo revés será en El Salvador
Ernesto Carmona
La legitimación de Evo Morales en Bolivia es el último revés de la política exterior de EEUU en América Latina. La siguiente contrariedad probablemente se dará en las elecciones parlamentarias y presidenciales de El Salvador, cuyo actual gobierno rivaliza con Colombia, Perú, México y Chile entre los más fieles aliados de EEUU en América Latina. El gobierno salvadoreño copió la Ley Patriota de Bush para perseguir a quienes levanten demandas sociales y es el único país latinoamericano que tiene tropas en Irak.
También el 18 de agosto asume el nuevo gobierno del Paraguay, encabezado por el ex obispo Fernando Lugo, de 57 años. El futuro gobernante prometió profundas reformas sociales en un país donde la clase rica se beneficio de 61 años de dominación del partido Colorado, que incluyen los 35 de la dictadura de Alfredo Stroeesner. Lugo
administrará una nación preponderantemente indígena, donde el campesinado y los pobres sufren la inequidad y la miseria, y deben resignarse a vivir en el 7% del territorio nacional, mientras la clase latifundista que representa al 7% de la población usufructúa del 93% de todas las tierras.
Y lejos de nuestra región, al presidente de Georgia, Mikheil Saakashvili, aliado íntimo de Bush, le está ocurriendo todo lo contrario que a Morales: tambalea en el gobierno, mientras su nación sufre una humillación militar de envergadura y está a punto de caer del poder después de haber llevado a su país a la mal calculada aventura de apoderarse de Osetia del Sur, un pequeño país independiente protegido por Rusia que no quiere ser parte de Georgia.
A medida que avanzan los lentos cómputos de la elección boliviana, el caudal de votos alcanzado por Evo Morales se acerca al 70% y, a la vez, cambia el mapa electoral que en las primeras horas posteriores a la votación le atribuyó derrotas en cinco de nueve departamentos, que en las últimas horas se habían reducido a dos. Asimismo, la OEA adelantó una abstención de alrededor de 15%, tasa bajísima para cualquier país
latinoamericano.
Sin embargo, la resonante victoria democrática de Morales no ha sido recogida de manera racional por los medios de comunicación de Bolivia, Chile ni del resto del mundo, que alardean con un supuesto “empate” y se empeñan en reemplazar la realidad real con un mundo virtual. Tal como ocurrió en su momento en Venezuela, los medios de comunicación están abandonando su rol informativo, que debiera ser veraz e imparcial, para convertirse en protagonistas políticos, como si fueran partidos.
¿Quién es Saakashvili?
El presidente del país donde nació José Stalin creyó que controlar Osetia del Sur sería un paseo, pero probablemente le cueste el cargo. Saakashvili alcanzó el poder traicionando a su ex maestro y protector Edward Schevarnadze, el último canciller de la Unión Soviética, quien fue el primer jefe de Estado de Georgia tras la desaparición de la
URSS. Medios como CNN, los países de la OTAN y el discurso de Bush y Condoleezza Rice presentan a Georgia como víctima y no como país agresor.
El mismo error de cálculo del “paseo militar” de Saakashvili ya ha ocasionado muchos sufrimientos en otras latitudes, cada vez que gobernantes cuestionados creyeron conquistar popularidad y legitimidad haciendo sonar las campanas del nacionalismo y la “integridad territorial”. Lo hicieron aquellos militares argentinos que con una mano torturaban a los jóvenes obreros y estudiantes de todo el país y con la otra los mandaban “a morir por la patria” en Las Malvinas.
Saakashvili es un peón de Estados Unidos en el tablero geopolítico del poder imperial en esa parte del mundo. Estudió leyes en EEUU, en las universidades de Columbia y George Washington, y trabajó en un influyente estudio de abogados de Nueva York. Y hoy vendería su alma al diablo con tal de ingresar a la OTAN.
Mal aconsejado por EEUU y tras una reciente visita de Condoleezza Rice, que le prometió el oro y el moro, el 6 de agosto Saakashvili se lanzó a recuperar Osetia del Sur, territorio que reivindican los nacionalistas de Georgia, pero midió mal la reacción rusa y le dio el
pretexto para ocupar toda Osetia del Sur y la vecina Abkhasia, otra nación enclavada en la frontera ruso-georgiana. Y así EEUU gatilló otra guerra que no se sabe cómo y cuándo va a terminar.
El futuro en El Salvador
Mauricio Funes es un periodista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), nacido en 1959, que según todas las encuestas resultará elegido presidente de El Salvador en la elección presidencial del 15 de marzo 2009. Previamente, el 18 de enero, habrá elecciones parlamentarias y municipales que, según todas las encuestas,
también ganará el FMLN.
A 12 años del término de la guerra civil de dos décadas, a comienzos del 2009 puede comenzar a escribirse un nuevo capítulo en la historia de este país, destruido por la intervención de EEUU durante la segunda mitad del siglo 20.
Primero llegaron las corporaciones que se adueñaron de la tierra para cultivar el banano y otras especies, luego destruyeron el ambiente y cometieron incontables abusos contra los trabajadores de El Salvador. Enseguida, irrumpieron los escuadrones de la muerte y EEUU llevó sus recetas de contrainsurgencia, los tratados comerciales dañinos y el bloqueo de los movimientos democráticos.
Y ahora, por primera vez desde los Acuerdos de Paz que en 1992 dieron fin a la brutal guerra civil de doce años, el progresista FMLN tiene una opción razonable de ganar el poder en las próximas elecciones. En todas las últimas encuestas de 2008, el Frente exhibe una cómoda ventaja sobre el partido derechista ARENA, que ha perpetuado las
mismas políticas dañinas que condujeron a la guerra civil en 1980.
Se espera que el FMLN detenga la desastrosa privatización del acceso al agua y el cuidado de salud, restaure los derechos de los trabajadores, luche por enmendar los acuerdos de comercio para un reparto más equitativo que beneficie menos a las corporaciones, ponga fin a la participación de El Salvador en la ocupación de Irak y, en
general, siga la trayectoria pavimentada por los gobiernos progresistas latinoamericanos que muestran distintos grados de distanciamiento de EEUU, con diferentes matices, desde Brasil a Cuba, pasando por Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Nicaragua y otros, cuyos gobiernos se muestran más bien distantes y “descomprometidos” con la suerte del imperio en esta parte del mundo, como Guatemala, Honduras, probablemente Paraguay y otras naciones
Mauricio Funes ha dicho con claridad que Washington no está yendo a ninguna parte y que, a pesar de las cicatrices del pasado, está dispuesto a trabajar con quien suceda a Bush. Comentando 'La necesidad de un cambio en el gobierno', el editorialista Salvador Ventura, del diario Colatino de San Salvador, afirmó el 11 de agosto: 'Las encuestas, mapa del momento, dicen que el FMLN y su candidato Mauricio Funes ganarán las elecciones. Eso, en primera instancia, llena de optimismo a los salvadoreños'.
Luego añadió: Un segundo instante sostiene que la derecha, si se puede hablar de un sector reflexivo, ha entendido el mensaje y la necesidad de un cambio de rumbo en la manera de administrar la cosa pública. Y una tercera etapa, que la izquierda se encuentra preparada para aceptar el reto, asumir el gobierno y eventualmente el poder'.
Al parecer, la suerte está echada... Mauricio Funes llevará como candidato a vicepresidente al ex-combatiente Salvador Sánchez Cerén.
Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
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miércoles, 13 de agosto de 2008
martes, 22 de julio de 2008
EEUU perpetúa matanzas masivas en Iraq
Ante la indiferencia del “mundo civilizado”:
Por Peter Phillips*
Traducción: Ernesto Carmona
El informe de ORB llega en los talones de dos estudios realizados antes por la Universidad Johns Hopkins, y publicados por el diario médico británico The Lancet, que confirman las cifras de continuas muertes masivas en Iraq. Un estudio del Dr. Les Roberts estableció que entre el 1º de enero de 2002 y el 18 de marzo de 2003 en Iraq murieron sobre 100.000 civiles. Un segundo estudio publicado por The Lancet en octubre de 2006 documentó más de 650.000 muertes de civiles producidas en Iraq desde el comienzo de la invasión de EEUU. El estudio de 2006 confirmó que el bombardeo aéreo de EEUU sobre la población civil causó sobre una tercera parte de estas muertes y que más de la mitad de tales muertes son atribuibles directamente a las fuerzas de EEUU.
Un nuevo estimado de 1,2 millones de muertes, fechado en julio de 2008, incluye niños, padres, abuelos, bisabuelos, taxistas, clérigos, maestros, obreros industriales, policías, poetas, personal de la salud, proveedores de alimentación diaria, operarios de la construcción, niñeras, músicos, panaderos, trabajadores gastronómicos y muchos más. Toda una variedad de gente común y corriente que ha tenido que morir porque EEUU decidió invadir su país. Todas estas muertes exceden la tasa normal de mortalidad civil durante el gobierno anterior.
La magnitud de estas muertes es innegable. La continuación de la presencia de las fuerzas de ocupación de EEUU garantiza una tasa de mortandad masiva que excede en 10.000 personas por mes la estadística normal, con mitad de esa cifra muriendo a manos de las fuerzas de EEUU, una carnicería concentrada y de gran envergadura como para compararla con las matanzas masivas más atroces acaecidas en la historia del mundo. Este hecho no ha pasado inadvertido.
Recientemente, el representante demócrata de Ohio Dennis Kucinich introdujo una acusación de un solo artículo reclamando la destitución, o “impeachment”, de George W. Bush por mentir al Congreso y al pueblo estadounidense sobre las razones para invadir Iraq. El 15 de julio, la cámara baja reexpidió la resolución al Comité Judicial con 238 votos. Que Bush mintió sobre las armas de destrucción total y la amenaza de Iraq a EEUU, hoy está más allá de toda duda. La ex fiscal federal Elizabeth De La Vega documentó a fondo tales mentiras en su libro “EEE vs Bush”, y numeroso otros investigadores han verificado las afirmaciones falsas de Bush.
El pueblo estadounidense enfrenta un serio dilema moral. En nuestro nombre se cometen asesinatos y crímenes de guerra. Hemos permitido que continúe la guerra/ocupación en Iraq y los dos principales candidatos presidenciales nos ofrecen escasas opciones de un cese inmediato de las matanzas masivas. McCain aceptaría sin dudarlo las muertes de otro millón de civiles iraquíes para “sacar la cara por América”, y el plazo de dieciocho meses de Obama para el retiro probablemente daría lugar a otras 250.000 muertes de civiles más.
Nos debemos a nosotros mismos, y a nuestros niños, un futuro sin la vergüenza del asesinato masivo en nuestra conciencia colectiva. La única resolución de este dilema es el retiro inmediato de todas las tropas de EEUU en Iraq y el procesamiento y encarcelamiento de los responsables. Cualquier cosa menor crea un pecado original permanente en el alma de la nación por el que sufriremos por siempre.
__________________________________________
*) Peter Phillips es profesor de sociología en la Universidad Sonoma State y director del Proyecto Censurado, un grupo de investigación de medios. Es co autor, con Dennnis Loo, del libro Impeach the President: The Case Against Bush and Cheney (Acusación al Presidente: el caso contra de Bush y Cheney).
Por Peter Phillips*
Traducción: Ernesto Carmona
El autor afirma que el holocausto perpetrado por EEUU contra la población civil de Iraq se está convirtiendo en un “pecado original permanente en el alma de la nación” estadounidense. “En nuestro nombre se cometen asesinatos y crímenes de guerra, hemos permitido que continúe la guerra/ocupación en Iraq y los dos principales candidatos presidenciales nos ofrecen escasas opciones de un cese inmediato de las matanzas masivas”. Plantea “el retiro inmediato de todas las tropas de EEUU en Iraq y el procesamiento y encarcelamiento de los responsables”Estados Unidos es el responsable directo de más de un millón de muertes de ciudadanos iraquíes en cinco años y medio de invasión. Una investigación de la encuestadora británica Opinion Research Business (ORB) reportó en enero 2008 que "los resultados del estudio confirman nuestra estimación anterior acerca de más de 1.000.000 de ciudadanos iraquíes muertos como resultado del conflicto que comenzó en 2003... Ahora estimamos que el peaje de la muerte entre marzo de 2003 y agosto de 2007 alcanzó probablemente al orden de 1.033.000 víctimas. Si se considera el margen de error asociado a los datos resultantes de una investigación de esta naturaleza, entonces el rango estimado oscila entre 946.000 y 1.120.000 muertes".
El informe de ORB llega en los talones de dos estudios realizados antes por la Universidad Johns Hopkins, y publicados por el diario médico británico The Lancet, que confirman las cifras de continuas muertes masivas en Iraq. Un estudio del Dr. Les Roberts estableció que entre el 1º de enero de 2002 y el 18 de marzo de 2003 en Iraq murieron sobre 100.000 civiles. Un segundo estudio publicado por The Lancet en octubre de 2006 documentó más de 650.000 muertes de civiles producidas en Iraq desde el comienzo de la invasión de EEUU. El estudio de 2006 confirmó que el bombardeo aéreo de EEUU sobre la población civil causó sobre una tercera parte de estas muertes y que más de la mitad de tales muertes son atribuibles directamente a las fuerzas de EEUU.
Un nuevo estimado de 1,2 millones de muertes, fechado en julio de 2008, incluye niños, padres, abuelos, bisabuelos, taxistas, clérigos, maestros, obreros industriales, policías, poetas, personal de la salud, proveedores de alimentación diaria, operarios de la construcción, niñeras, músicos, panaderos, trabajadores gastronómicos y muchos más. Toda una variedad de gente común y corriente que ha tenido que morir porque EEUU decidió invadir su país. Todas estas muertes exceden la tasa normal de mortalidad civil durante el gobierno anterior.
La magnitud de estas muertes es innegable. La continuación de la presencia de las fuerzas de ocupación de EEUU garantiza una tasa de mortandad masiva que excede en 10.000 personas por mes la estadística normal, con mitad de esa cifra muriendo a manos de las fuerzas de EEUU, una carnicería concentrada y de gran envergadura como para compararla con las matanzas masivas más atroces acaecidas en la historia del mundo. Este hecho no ha pasado inadvertido.
Recientemente, el representante demócrata de Ohio Dennis Kucinich introdujo una acusación de un solo artículo reclamando la destitución, o “impeachment”, de George W. Bush por mentir al Congreso y al pueblo estadounidense sobre las razones para invadir Iraq. El 15 de julio, la cámara baja reexpidió la resolución al Comité Judicial con 238 votos. Que Bush mintió sobre las armas de destrucción total y la amenaza de Iraq a EEUU, hoy está más allá de toda duda. La ex fiscal federal Elizabeth De La Vega documentó a fondo tales mentiras en su libro “EEE vs Bush”, y numeroso otros investigadores han verificado las afirmaciones falsas de Bush.
El pueblo estadounidense enfrenta un serio dilema moral. En nuestro nombre se cometen asesinatos y crímenes de guerra. Hemos permitido que continúe la guerra/ocupación en Iraq y los dos principales candidatos presidenciales nos ofrecen escasas opciones de un cese inmediato de las matanzas masivas. McCain aceptaría sin dudarlo las muertes de otro millón de civiles iraquíes para “sacar la cara por América”, y el plazo de dieciocho meses de Obama para el retiro probablemente daría lugar a otras 250.000 muertes de civiles más.
Nos debemos a nosotros mismos, y a nuestros niños, un futuro sin la vergüenza del asesinato masivo en nuestra conciencia colectiva. La única resolución de este dilema es el retiro inmediato de todas las tropas de EEUU en Iraq y el procesamiento y encarcelamiento de los responsables. Cualquier cosa menor crea un pecado original permanente en el alma de la nación por el que sufriremos por siempre.
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*) Peter Phillips es profesor de sociología en la Universidad Sonoma State y director del Proyecto Censurado, un grupo de investigación de medios. Es co autor, con Dennnis Loo, del libro Impeach the President: The Case Against Bush and Cheney (Acusación al Presidente: el caso contra de Bush y Cheney).
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viernes, 27 de junio de 2008
La crisis final del Capitalismo
Presentación del libro de Sergio Bacchi "La crisis final del Capitalismo. El hombre y la máquina" *
Ernesto Carmona
Hoy cayeron todas las bolsas de valores. La de Nueva York regresó a los niveles de hace más de dos años. Algo parecido ocurrió en la bolsa española, en Francfort, París, Londres, Milán, Tokio, etcétera. El barril de petróleo crudo para entrega en agosto, a las 4 de esta tarde en Nueva York estaba por encima de los 140 dólares, exactamente 140,05. La civilización del automóvil y autopistas privadas está en crisis. Su deterioro es un proceso que está en pleno desarrollo y va camino a convertir el modelo de vida con automóvil propio nada más que en un bonito recuerdo.
"Un nuevo capitalismo está por nacer", escribió Mario Soares, hoy columnista de Inter Press Service (IPS), ex presidente y ex primer ministro de Portugal. "Hace unos días, en Portugal, España, Francia y en parte en Gran Bretaña se presentó un fenómeno nuevo que los diarios, impropiamente, denominaron huelga de camioneros. Impropiamente porque era más bien un lock out, una paralización de actividades ordenada por patrones pequeños y grandes y no de los camioneros contra sus patrones, escribió Soares. Y nosotros, que vivimos en América Latina, tendríamos que agregar a Chile y Argentina, país hermano donde hoy existe un conflicto que ya va para los cuatro meses, en tanto los medios de noticias como CNN, El Mercurio y, entre muchos otros, los enviados especiales de Televisión Nacional de Chile también llaman impropiamente "rebelión del campo" o "protesta campesina", ocultando que no es más que otro lock out, esta vez, de la oligarquía agraria. Me pregunto para que gastar dinero "de todos los chilenos" en mandar periodistas de TVN a Buenos Aires para que al fin de cuentas no hagan más que repetir la visión de CNN..., que si podemos pagar podemos verlas a cada rato por el monopolio VTR. Este lockout patronal argentino se parece demasiado al que los camioneros y sectores como la oligarquía financiera, latifundista, industrial, comercial y los monopolios chilenos le hicieron al presidente Salvador Allende, quien hoy podría estar celebrando con nosotros su cumpleaños número cien.
Volviendo al portugués Soares, éste asegura que "esta manifestación colectiva –allá en Europa– no tuvo como origen la política de ninguno de los gobiernos de los países afectados sino que fue la consecuencia directa de una crisis múltiple, relacionada sobre todo con el encarecimiento energético y alimentario, además de otras causas, provenientes de Estados Unidos y de la globalización neoliberal anglosajona y especulativa que golpea al mundo y particularmente a una Europa carente de hidrocarburos.
Es claro –prosiguió Soares– que la crisis global no ha sido causada sólo por el encarecimiento del petróleo, el gas y los alimentos. Es también una crisis política, financiera, económica, social y ambiental. Es una crisis de civilización, estructural, tiene su epicentro en los Estados Unidos de George W. Bush, quien ya está en las postrimerías de su mandato y ya está haciendo sentir sus efectos en el resto del mundo. Y también llegará al Viejo Continente, como ya lo advierten las personas conscientes". (Fin de la cita)
El diario El País de Cataluña, España, dice que "la crisis económica avanza a tal velocidad que las previsiones son más sombrías cada semana. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, asumió ayer que el año próximo la tasa de desempleo se acercará al 11%, la misma que se encontró José Luis Rodríguez Zapatero al llegar al poder en 2004. La crisis económica elevará la cifra de cesantes a 2,5 millones en 2009. El ministro del Trabajo prevé un 11% de desempleo, en tanto rechaza las prejubilaciones y advierte que en un año habrá 375.000 desempleados más.
Y hasta Fernando Arredondo, el vocalista de la banca punk rockera chilena Tío Lucho asegura que "el sistema caerá por su propio peso". Según La Nación del último domingo, el artista rockero dijo "nuestras canciones apelan a la muerte de un sistema de consumo que caerá por su propio peso, aunque sea en 20, 100 o 5.000 años más".
¿Vivimos una crisis terminal del capitalismo o, simplemente, otra crisis cíclica más? ¿Estamos en presencia de otro fenómeno cíclico o de una crisis terminal, final, global, mundial...? ¿Vivimos un remake de la Gran Crisis cíclica de 1929, que condujo a la Segunda Guerra Mundial, o estamos presenciando la crisis final, global..., y el comienzo de una debacle planetaria, con nuevas guerras de rapiña e inéditas rebeliones populares contra el hambre y por la sobrevivencia de la especie humana?
Todos estos son los temas que queremos debatir en la presentación del libro La crisis final del capitalismo (El hombre y la máquina), de Sergio Bacchi.
En el prólogo de su libro escribí que “en la actual sociedad de mercado no hay cabida para todos. El autor estima que la desinformación y la propaganda en favor del capitalismo, más la ausencia de medios democráticos y plurales, impiden un debate serio sobre las cuestiones más trascendentales que afectan al hombre contemporáneo. Bacchi advierte que se incuba una rebelión planetaria por la sobrevivencia de la especie humana, quizás una explosión social mundial que sepultará a la sociedad de clases y dará asidero a la consigna “¡socialismo o barbarie!”.
Para el pensador brasilero todo esto ocurre mientras el mundo está sometido a la maldad guerrera del imperio estadounidense, cuyo jefe –George Bush– aceleró el cambio climático global y dio luz verde a la destrucción física del planeta, en tanto la injusticia, la opresión, la desigualdad y los grandes bolsones de pobreza extrema alcanzan su máxima expresión en todo el orbe. Bacchi afirma que no presenciamos una crisis más, sino la última. El verdadero fin de la historia. ¿Y qué vendrá después de la hecatombe? Simplemente, ¡socialismo o barbarie!
Harakiri del capitalismo
Bacchi expone cómo el capitalismo se está haciendo una suerte de harakiri al incrementar sus ganancias mediante la automatización y las máquinas computarizadas que cada vez desalojan más trabajo humano, aumentan el desempleo y generan así mucho dolor en la sociedad, pero también levantan un límite a la extracción de lucro de la mano de obra, o sea, de plusvalía, el valor que la clase trabajadora agrega a la producción sin ninguna retribución.
Y en el análisis de Bacchi –al igual que en Carlos Marx–, la extracción de ese plusvalor es la esencia misma del capitalismo. Y también su sostén, porque, entre otras razones, los trabajadores compran y consumen los productos elaborados por esas máquinas, a fin de reproducir su fuerza de trabajo, pero si están desempleados se abstienen de comprar y consumir. Por lo tanto, la economía de mercado funciona para una población cada vez más reducida. Beneficia a una minoría que lucra, pero …en esa sociedad no cabemos todos.
Y esto acaece por doquier, en todo el mundo, principalmente en EEUU, donde el capital financiero y la especulación le ganaron hace años la partida al capital industrial, como lo demuestra el autor con cifras contundentes, de fuentes estadounidenses irrefutables e “intachables” para el propio capitalismo, como la Reserva Federal, que es el banco central privado de EEUU. Esto significa que en la economía globalizada ya no predomina lo que se produce, la riqueza emanada de la producción industrial, sino que se crea riqueza ficticia mediante la especulación en las “burbujas financieras” y en las bolsas de valores como la de Wall Street.
Bacchi también vaticina que la hegemonía del capital financiero está al borde del colapso. La economía de EEUU funciona con un déficit comercial multimillonario, apenas sostenido por China, la India, Corea del Sur, Japón y otros países cuyas mercancías baratas, elaboradas con mano de obra sub-pagada, se exportan cada vez más a EEUU, donde eliminan fuentes de trabajo. Y esos países causantes y, a la vez, sostenedores del déficit comercial estadounidense compran sus bonos del Tesoro para postergar la caída de un sistema que también los arrastraría cuesta abajo. Sin embargo, en esas naciones crece el temor ante el inminente colapso del dólar, que está cayendo en picada sostenida desde hace varios años y amenaza convertir las reservas de los bancos centrales dolarizados –como el de Chile y de muchos países del mundo, incluida Venezuela– en simples trocitos de papel sin valor y sin importancia.
Para demostrar el alcance mundial de esta crisis terminal, Bacchi cita a numerosos estudiosos y cientistas sociales contemporáneos. Por ejemplo, a Francisco de Oliveira y Lucio Kowarick, quienes en 1975 explicaron la marginalidad –y por consiguiente, la exclusión social– como "una forma peculiar de inserción de la población desempleada en la división social del trabajo", pero en el 2006 Mike Davis retrucó que "el 57% de los trabajadores de América Latina, el 40% de Asia y el 90% de África están excluidos en la informalidad y componen un vasto «proletariado informal»".
Para Davis y Bacchi, esa masa de desempleados excluidos no puede tipificarse como lumpen "ni mucho menos llamarse «ejército de reserva», pues ya no son reserva de nada y no hay un sistema económico capaz de absorber esa magnitud de desempleados". En resumen, y al contrario del discurso dogmático de la propaganda de los grandes medios a favor del capitalismo globalizado, su cacareada libertad de mercado no es sinónimo de libertad personal, individual, ni de derecho a la vida y, además, el sistema se muestra incapaz de resolver los problemas esenciales de los seres humanos que forman parte de la sociedad contemporánea, como lo aseguraron los teóricos fundacionales de este dogmatismo económico, entre otros Adam Smith, hace más de 200 años. Al contrario, su solución es la muerte de los pobres, como en Iraq y Afganistán, y ayer en Corea, Vietnam y Somalia, para citar unos pocos casos de invasiones estadounidenses a gran escala.
La guerra y la acumulación incesante de armamentos capaces de destruir varias veces el planeta, dejó de ser –además– el salvavidas cíclico de la economía estadounidense, gobernada por el llamado complejo militar industrial, que fabrica e innova de manera permanente los artilugios bélicos que sustentan la superioridad militar y tecnológica del imperio.
Bush recibió el gobierno hace 8 años con superávit fiscal, pero en 2008 el presupuesto de EEUU exhibe un déficit de más de 400 mil millones de dólares. Y el gasto "keynesiano" en las guerras de Iraq y Afganistán no dio el tiraje esperado a la chimenea de la economía, como tampoco lo hizo la "burbuja inmobiliaria" que sustituyó a la difunta "burbuja punto.com". Simplemente, los estadounidenses ya no tienen plata para salvar sus casas, el consumo cae y más de 40 millones de ciudadanos pobres no tienen ninguna protección de salud. La crisis del capitalismo ya está "en casa", con recesión e inflación.
El libro de Sergio Bacchi entrega herramientas para estudiar, analizar y pensar el momento histórico que estamos viviendo. El alerta es "¡socialismo o barbarie!", pero también se necesita definir ¿cuál socialismo? Acaso, ¿el socialismo del siglo XXI? Pero eso es un tema para muchos libros, todavía no escritos. Quizás Bacchi esté en eso.
¿Quién es Sergio Bacchi?
El autor reside en Chile por segunda vez en su vida. Es un luchador nato, de ascendencia italiana, nacido en 1939 en Santo André, Sao Paulo, Brasil. Sufrió un año de cárcel después del golpe militar que en 1964 depuso al presidente Joao Goulart y se fue a vivir como exiliado al Uruguay, donde consiguió una beca para estudiar en Bulgaria. Allí se recibió como ingeniero en electrónica especializado en construcción de computadores.
Trabajó en Chile hasta 1973, cuando lo aventó al doble exilio otro golpe militar, el que le costó la vida a Salvador Allende, cuyo centenario conmemoramos precisamente este día en que Bacchi presenta su libro. Tras el golpe chileno, vivió y trabajó en Cuba donde hizo un curso de post grado en construcción de compiladores para lenguajes de programación.
Regresó a Bulgaria para hacer un post grado en lenguaje de programación, sistemas operativos y computadores. Trabajó durante 6 años en Mozambique, África, y fue gerente de desarrollo de un sistema operativo para control automático industrial en Sao Paulo, donde vivió hasta 1997, año en que “retornó” a Santiago con su esposa chilena, Selva Aida Lascano Edelstein, y sus dos hijas brasileras.
* Presentación realizada el Jueves 26 de Junio en el Edificio del Círculo de Periodistas, Amunátegui 31
Ernesto Carmona
Hoy cayeron todas las bolsas de valores. La de Nueva York regresó a los niveles de hace más de dos años. Algo parecido ocurrió en la bolsa española, en Francfort, París, Londres, Milán, Tokio, etcétera. El barril de petróleo crudo para entrega en agosto, a las 4 de esta tarde en Nueva York estaba por encima de los 140 dólares, exactamente 140,05. La civilización del automóvil y autopistas privadas está en crisis. Su deterioro es un proceso que está en pleno desarrollo y va camino a convertir el modelo de vida con automóvil propio nada más que en un bonito recuerdo.
"Un nuevo capitalismo está por nacer", escribió Mario Soares, hoy columnista de Inter Press Service (IPS), ex presidente y ex primer ministro de Portugal. "Hace unos días, en Portugal, España, Francia y en parte en Gran Bretaña se presentó un fenómeno nuevo que los diarios, impropiamente, denominaron huelga de camioneros. Impropiamente porque era más bien un lock out, una paralización de actividades ordenada por patrones pequeños y grandes y no de los camioneros contra sus patrones, escribió Soares. Y nosotros, que vivimos en América Latina, tendríamos que agregar a Chile y Argentina, país hermano donde hoy existe un conflicto que ya va para los cuatro meses, en tanto los medios de noticias como CNN, El Mercurio y, entre muchos otros, los enviados especiales de Televisión Nacional de Chile también llaman impropiamente "rebelión del campo" o "protesta campesina", ocultando que no es más que otro lock out, esta vez, de la oligarquía agraria. Me pregunto para que gastar dinero "de todos los chilenos" en mandar periodistas de TVN a Buenos Aires para que al fin de cuentas no hagan más que repetir la visión de CNN..., que si podemos pagar podemos verlas a cada rato por el monopolio VTR. Este lockout patronal argentino se parece demasiado al que los camioneros y sectores como la oligarquía financiera, latifundista, industrial, comercial y los monopolios chilenos le hicieron al presidente Salvador Allende, quien hoy podría estar celebrando con nosotros su cumpleaños número cien.
Volviendo al portugués Soares, éste asegura que "esta manifestación colectiva –allá en Europa– no tuvo como origen la política de ninguno de los gobiernos de los países afectados sino que fue la consecuencia directa de una crisis múltiple, relacionada sobre todo con el encarecimiento energético y alimentario, además de otras causas, provenientes de Estados Unidos y de la globalización neoliberal anglosajona y especulativa que golpea al mundo y particularmente a una Europa carente de hidrocarburos.
Es claro –prosiguió Soares– que la crisis global no ha sido causada sólo por el encarecimiento del petróleo, el gas y los alimentos. Es también una crisis política, financiera, económica, social y ambiental. Es una crisis de civilización, estructural, tiene su epicentro en los Estados Unidos de George W. Bush, quien ya está en las postrimerías de su mandato y ya está haciendo sentir sus efectos en el resto del mundo. Y también llegará al Viejo Continente, como ya lo advierten las personas conscientes". (Fin de la cita)
El diario El País de Cataluña, España, dice que "la crisis económica avanza a tal velocidad que las previsiones son más sombrías cada semana. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, asumió ayer que el año próximo la tasa de desempleo se acercará al 11%, la misma que se encontró José Luis Rodríguez Zapatero al llegar al poder en 2004. La crisis económica elevará la cifra de cesantes a 2,5 millones en 2009. El ministro del Trabajo prevé un 11% de desempleo, en tanto rechaza las prejubilaciones y advierte que en un año habrá 375.000 desempleados más.
Y hasta Fernando Arredondo, el vocalista de la banca punk rockera chilena Tío Lucho asegura que "el sistema caerá por su propio peso". Según La Nación del último domingo, el artista rockero dijo "nuestras canciones apelan a la muerte de un sistema de consumo que caerá por su propio peso, aunque sea en 20, 100 o 5.000 años más".
¿Vivimos una crisis terminal del capitalismo o, simplemente, otra crisis cíclica más? ¿Estamos en presencia de otro fenómeno cíclico o de una crisis terminal, final, global, mundial...? ¿Vivimos un remake de la Gran Crisis cíclica de 1929, que condujo a la Segunda Guerra Mundial, o estamos presenciando la crisis final, global..., y el comienzo de una debacle planetaria, con nuevas guerras de rapiña e inéditas rebeliones populares contra el hambre y por la sobrevivencia de la especie humana?
Todos estos son los temas que queremos debatir en la presentación del libro La crisis final del capitalismo (El hombre y la máquina), de Sergio Bacchi.
En el prólogo de su libro escribí que “en la actual sociedad de mercado no hay cabida para todos. El autor estima que la desinformación y la propaganda en favor del capitalismo, más la ausencia de medios democráticos y plurales, impiden un debate serio sobre las cuestiones más trascendentales que afectan al hombre contemporáneo. Bacchi advierte que se incuba una rebelión planetaria por la sobrevivencia de la especie humana, quizás una explosión social mundial que sepultará a la sociedad de clases y dará asidero a la consigna “¡socialismo o barbarie!”.
Para el pensador brasilero todo esto ocurre mientras el mundo está sometido a la maldad guerrera del imperio estadounidense, cuyo jefe –George Bush– aceleró el cambio climático global y dio luz verde a la destrucción física del planeta, en tanto la injusticia, la opresión, la desigualdad y los grandes bolsones de pobreza extrema alcanzan su máxima expresión en todo el orbe. Bacchi afirma que no presenciamos una crisis más, sino la última. El verdadero fin de la historia. ¿Y qué vendrá después de la hecatombe? Simplemente, ¡socialismo o barbarie!
Harakiri del capitalismo
Bacchi expone cómo el capitalismo se está haciendo una suerte de harakiri al incrementar sus ganancias mediante la automatización y las máquinas computarizadas que cada vez desalojan más trabajo humano, aumentan el desempleo y generan así mucho dolor en la sociedad, pero también levantan un límite a la extracción de lucro de la mano de obra, o sea, de plusvalía, el valor que la clase trabajadora agrega a la producción sin ninguna retribución.
Y en el análisis de Bacchi –al igual que en Carlos Marx–, la extracción de ese plusvalor es la esencia misma del capitalismo. Y también su sostén, porque, entre otras razones, los trabajadores compran y consumen los productos elaborados por esas máquinas, a fin de reproducir su fuerza de trabajo, pero si están desempleados se abstienen de comprar y consumir. Por lo tanto, la economía de mercado funciona para una población cada vez más reducida. Beneficia a una minoría que lucra, pero …en esa sociedad no cabemos todos.
Y esto acaece por doquier, en todo el mundo, principalmente en EEUU, donde el capital financiero y la especulación le ganaron hace años la partida al capital industrial, como lo demuestra el autor con cifras contundentes, de fuentes estadounidenses irrefutables e “intachables” para el propio capitalismo, como la Reserva Federal, que es el banco central privado de EEUU. Esto significa que en la economía globalizada ya no predomina lo que se produce, la riqueza emanada de la producción industrial, sino que se crea riqueza ficticia mediante la especulación en las “burbujas financieras” y en las bolsas de valores como la de Wall Street.
Bacchi también vaticina que la hegemonía del capital financiero está al borde del colapso. La economía de EEUU funciona con un déficit comercial multimillonario, apenas sostenido por China, la India, Corea del Sur, Japón y otros países cuyas mercancías baratas, elaboradas con mano de obra sub-pagada, se exportan cada vez más a EEUU, donde eliminan fuentes de trabajo. Y esos países causantes y, a la vez, sostenedores del déficit comercial estadounidense compran sus bonos del Tesoro para postergar la caída de un sistema que también los arrastraría cuesta abajo. Sin embargo, en esas naciones crece el temor ante el inminente colapso del dólar, que está cayendo en picada sostenida desde hace varios años y amenaza convertir las reservas de los bancos centrales dolarizados –como el de Chile y de muchos países del mundo, incluida Venezuela– en simples trocitos de papel sin valor y sin importancia.
Para demostrar el alcance mundial de esta crisis terminal, Bacchi cita a numerosos estudiosos y cientistas sociales contemporáneos. Por ejemplo, a Francisco de Oliveira y Lucio Kowarick, quienes en 1975 explicaron la marginalidad –y por consiguiente, la exclusión social– como "una forma peculiar de inserción de la población desempleada en la división social del trabajo", pero en el 2006 Mike Davis retrucó que "el 57% de los trabajadores de América Latina, el 40% de Asia y el 90% de África están excluidos en la informalidad y componen un vasto «proletariado informal»".
Para Davis y Bacchi, esa masa de desempleados excluidos no puede tipificarse como lumpen "ni mucho menos llamarse «ejército de reserva», pues ya no son reserva de nada y no hay un sistema económico capaz de absorber esa magnitud de desempleados". En resumen, y al contrario del discurso dogmático de la propaganda de los grandes medios a favor del capitalismo globalizado, su cacareada libertad de mercado no es sinónimo de libertad personal, individual, ni de derecho a la vida y, además, el sistema se muestra incapaz de resolver los problemas esenciales de los seres humanos que forman parte de la sociedad contemporánea, como lo aseguraron los teóricos fundacionales de este dogmatismo económico, entre otros Adam Smith, hace más de 200 años. Al contrario, su solución es la muerte de los pobres, como en Iraq y Afganistán, y ayer en Corea, Vietnam y Somalia, para citar unos pocos casos de invasiones estadounidenses a gran escala.
La guerra y la acumulación incesante de armamentos capaces de destruir varias veces el planeta, dejó de ser –además– el salvavidas cíclico de la economía estadounidense, gobernada por el llamado complejo militar industrial, que fabrica e innova de manera permanente los artilugios bélicos que sustentan la superioridad militar y tecnológica del imperio.
Bush recibió el gobierno hace 8 años con superávit fiscal, pero en 2008 el presupuesto de EEUU exhibe un déficit de más de 400 mil millones de dólares. Y el gasto "keynesiano" en las guerras de Iraq y Afganistán no dio el tiraje esperado a la chimenea de la economía, como tampoco lo hizo la "burbuja inmobiliaria" que sustituyó a la difunta "burbuja punto.com". Simplemente, los estadounidenses ya no tienen plata para salvar sus casas, el consumo cae y más de 40 millones de ciudadanos pobres no tienen ninguna protección de salud. La crisis del capitalismo ya está "en casa", con recesión e inflación.
El libro de Sergio Bacchi entrega herramientas para estudiar, analizar y pensar el momento histórico que estamos viviendo. El alerta es "¡socialismo o barbarie!", pero también se necesita definir ¿cuál socialismo? Acaso, ¿el socialismo del siglo XXI? Pero eso es un tema para muchos libros, todavía no escritos. Quizás Bacchi esté en eso.
¿Quién es Sergio Bacchi?
El autor reside en Chile por segunda vez en su vida. Es un luchador nato, de ascendencia italiana, nacido en 1939 en Santo André, Sao Paulo, Brasil. Sufrió un año de cárcel después del golpe militar que en 1964 depuso al presidente Joao Goulart y se fue a vivir como exiliado al Uruguay, donde consiguió una beca para estudiar en Bulgaria. Allí se recibió como ingeniero en electrónica especializado en construcción de computadores.
Trabajó en Chile hasta 1973, cuando lo aventó al doble exilio otro golpe militar, el que le costó la vida a Salvador Allende, cuyo centenario conmemoramos precisamente este día en que Bacchi presenta su libro. Tras el golpe chileno, vivió y trabajó en Cuba donde hizo un curso de post grado en construcción de compiladores para lenguajes de programación.
Regresó a Bulgaria para hacer un post grado en lenguaje de programación, sistemas operativos y computadores. Trabajó durante 6 años en Mozambique, África, y fue gerente de desarrollo de un sistema operativo para control automático industrial en Sao Paulo, donde vivió hasta 1997, año en que “retornó” a Santiago con su esposa chilena, Selva Aida Lascano Edelstein, y sus dos hijas brasileras.
* Presentación realizada el Jueves 26 de Junio en el Edificio del Círculo de Periodistas, Amunátegui 31
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miércoles, 18 de junio de 2008
Preguntas sobre una frustrada operación de la CIA en Chile

Un episodio hasta hoy desconocido de la guerra de Bush
Ernesto Carmona*
El Plan Condor, un sistema para secuestrar, torturar y eliminar físicamente a cualquier persona por sus ideas o tendencias políticas, que funcionó en América Latina, sobre todo en época de las dictaduras de Pinochet en Chile y Videla en Argentina, bajo auspicio de los EEUU sigue vigente hoy bajo otra forma y modalidad. Estas redes mundiales de represión trabajan a escala internacional y son capaces de actuar y secuestrar a cualquier persona y violar cualquier soberanía, incluso bajo régimen democrático. Cuentan con la complicidad de ciertas esferas estatales en el país donde intervienen. El caso chileno.
En Chile están ocurriendo cosas tan extrañas como una fallida operación secreta de la CIA para secuestrar en Iquique a un ciudadano libanés supuestamente vinculado a Hezbollah. Esta historia, revelada por el diario de gobierno La Nación, no tuvo ninguna repercusión. Nadie preguntó quién autorizó esas operaciones extranjeras que suponen el ingreso de armas, equipos de espionaje y efectivos que en cualquier país ameritarían una autorización del Congreso Nacional.
La historia de espionaje CIA, relatada por Luis Narváez y Javier Rebolledo en el diario La Nación [1] del domingo 8 de junio, ocurrió en 2002, bajo el gobierno de Ricardo Lagos, pero salió a la luz en un informe reciente del departamento de Estado.
Bajo el título «El frustrado secuestro de la CIA», el diario asegura que en marzo pasado, un informe del Departamento de Estado norteamericano confirmó un episodio hasta hoy desconocido de la guerra de Bush contra el terrorismo islámico.
Con autorización oficial, la CIA practicó seguimientos, escuchas telefónicas y fotografías a árabes residentes en Iquique. Pero la colaboración se acabó cuando la agencia intentó plagiar a un ciudadano libanés vinculado a Hezbollah y la policía civil se negó a ser parte en el secuestro. Pareciera que la Agencia Nacional de Inteligencia de Chile (ANI) no enfrentó esta amenaza «terrorista», porque La Nación no le atribuye ningún protagonismo en esta intriga internacional, sino a una rama de la Policía de Investigaciones llamada Jefatura de Inteligencia Policial (Jipol).
¿Quién es el ciudadano libanés? El matutino asegura que le cambió la identidad para protegerlo, llamándolo «Arafat Ismail». Se trataría de un comerciante que se instaló en la zona franca de Iquique después de la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre 2001. Sin embargo, pareciera que la presa de la CIA era Assad Ahmad Barakat, supuestamente vinculado a «Arafat Ismail».
Para la CIA, Barakat es la cara visible de los negocios de una supuesta red de Hezbollah en Ciudad del Este, Paraguay, zona franca enclavada en la Triple Frontera con Argentina y Brasil, paraíso del contrabando y la falsificación industrial de relojes Rolex, cámaras, perfumes y toda clase de productos de “marca”.
Según La Nación para «la Secretaría de Prevención del Terrorismo de Paraguay, Barakat es jefe militar de Hezbollah en la triple frontera. De acuerdo a los antecedentes que maneja investigaciones, ingresó a Chile el 25 de junio de 2001, momento en que realizó los trámites para concretar su solicitud de residencia, registrando como domicilio particular Avenida Arturo Prat número 2748, departamento 11, Iquique". El diario dice que es el mismo domicilio que después dio "Ismail».
La Nación aseguró que una «fresca mañana de marzo de 2002 un equipo de agentes encubiertos de la CIA en Iquique preparaba la que sería una de las acciones más audaces en la región». Añadió que «cinco personajes esperaban las órdenes del líder del grupo, una mujer robusta e impecablemente vestida, que se movilizaba en un vehículo con patente roja: era M. T. Para el común de la gente, ella sólo cumplía labores diplomáticas, pero en verdad era la jefa de la CIA en Chile».
Destino: Guantánamo
La Nación : «El plan que tenían los estadounidenses parecía simple. Harían todos los arreglos para que ingresara un avión de transporte indetectable a los radares. Aterrizaría a poca distancia de Iquique, en pleno desierto. Los policías chilenos debían cumplir con el trabajo operativo: apresar al libanés y transportarlo hasta el lugar. Ahí terminaba su labor. Si bien los estadounidenses no comentaron donde lo llevarían, señalaron que necesitaban urgentemente someterlo a un interrogatorio. Aunque nunca se conversó de manera explícita, los agentes de la policía civil sabían que su destino sería la cárcel de Guantánamo o algún centro clandestino. Lo que sí se encargaron de asegurar los integrantes de la CIA es que Chile no se vería involucrado, ni siquiera de forma indirecta, en la operación. Se informaría oficialmente que Ismail había sido apresado dentro de las fronteras de Estados Unidos. Como argumento a su favor, los estadounidenses contaban que cuando Arafat Ismail ingresó a Chile, entregó como domicilio privado el mismo departamento de calle Arturo Prat en que había fijado su residencia Barakat».
El «reportaje» se basa también en un informe publicado el 30 de marzo de 2007 por el Departamento de Estado «donde comunica detalladamente al Congreso de su país las actividades realizadas en todo el mundo a partir del 11/S de 2001, especialmente las de los últimos años». Según ese documento, "funcionarios (chilenos) monitorearon posibles vínculos entre extremistas de la Zona de Libre Comercio de Iquique (Zofri) y los del área de la Triple Frontera, cuando aumentan los lazos comerciales entre ambas áreas".
En lo medular, el diario destacó “la cooperación desde un comienzo con Estados Unidos una vez firmados los convenios sobre la lucha antiterrorista tras los ataques en Nueva York y Washington”. Y añadió que “en la práctica, esto derivó en un intercambio no sólo a nivel policial, sino en la creación de un sistema que facilitó la intervención, en toda Sudamérica, de los organismos de inteligencia de EEUU, especialmente de la Agencia Central de Inteligencia, (CIA)”.
Entrado marzo de 2002, “los funcionarios de la CIA eran cada vez más insistentes respecto a la necesidad de apresar a Arafat Ismail”, dijo La Nación. “Un testigo ocular de una tensa conversación entre la diplomática y uno de los jefes del grupo de policías chilenos aseguró a La Nación Domingo que "se hizo una petición explícita para que el equipo chileno apresara al libanés en el menor tiempo posible".
¿Policías «buenos»?
Pero también existirían policías «buenos», o por lo menos respetuosos del estado de derecho.
La Nación: «La presión que ejercieron los agentes de la CIA fue extremadamente fuerte. Al arduo trabajo de los seguimientos, escuchas telefónicas, fotografías y análisis a las empresas de los ciudadanos de origen libanés en Chile, ahora se sumaba la voluntad expresa de la inteligencia estadounidense de cometer una acción que, para los chilenos, era absolutamente ilegal y contraria al Estado de Derecho».
Según el diario, «los detectives se ciñeron la Constitución chilena y se excusaron señalando que no tenían una orden judicial ni razones concretas para sospechar que Ismail había cometido un ilícito en territorio nacional. La misma fuente, relató que ‘la funcionaria dijo que lo único que teníamos que hacer era agarrarlo y llevarlo para que ellos lo sacaran en un avión’. Los policías chilenos insistieron en que llevar a cabo esa acción importaba una abierta violación a los derechos de Ismail, lo que, según las mismas fuentes, a la larga resultó determinante para evitar el secuestro».
«No sólo era una acción ilegal y contraria al Estado de Derecho. Si hubiésemos colaborado, habríamos puesto al país en riesgo máximo de recibir una represalia de alguno de los movimientos islámicos fundamentalistas, como ha ocurrido en otros países", aseguró a La Nación “un alto jefe policial de la época».
El diario afirmó que “los antecedentes con que cuenta este medio indican que los funcionarios chilenos que se negaron a cumplir la misión especial de la CIA, dieron cuenta al director de la Jipol, Luis Henríquez”.
Epílogo y preguntas que nadie formula
El epílogo fue que “Arafat Ismail” abandonó Chile “por su cuenta” a mediados de 2002 y no fue a parar con sus huesos y en secreto a Guantánamo donde 270 seres humanos se pudren en una inhumana “prisión preventiva” acusados de “terrorismo”, muchos sin saber de qué se les acusa y la mayoría sin que se les hayan formulado cargos específicos, excepto 19 juicios militares sin ninguna garantía de equidad, todavía no iniciados y ahora en tela de juicio por una decisión de la Suprema Corte del 13 de junio permitiendo por tercera vez que los detenidos acudan a tribunales civiles federales donde el gobierno de Bush debe justificar sus acusaciones.
Las dos decisiones anteriores de la Corte no fueron tomadas en cuenta por el “estado de derecho” impuesto por la virtual dictadura de Bush. Y un segundo epílogo fue que en octubre 2002, M.T., la funcionaria de la embajada de EEUU en Chile y encargada de la CIA también abandonó el país”.
Pero más allá de la CIA haya terminado frustrada, quedan flotando muchas preguntas sin respuesta:
–¿Quién o quiénes autorizaron el ingreso de estos agentes al país?
–¿Cómo ingresaron los agentes de la CIA al país?
–¿Con qué documentos de identidad pasaron las fronteras y el control de la Policía Internacional?
–¿Con qué armamento e instrumentos tecnológicos de persecución y utilización policial ingresaron al país y cuánto dinero acreditaron para su estadía en Chile?
–Si ingresaron con documentación falsa, ¿fueron advertidos los policías que controlan el ingreso al país de cualquier ciudadano?
–¿Qué lección sacaron los detectives de Policía Internacional tras su experiencia con el ingreso de Alberto Fujimori a Santiago en 2005?
–¿Cuántos procedimientos de control policial se violaron con el ingreso de los agentes CIA?
–¿Quiénes elaboraron y archivaron las bitácoras de ingreso de los agentes de la CIA a Chile?
–¿Qué vehículos ingresaron al país?, ¿utilizaron placas diplomáticas para desplazarse en Chile?, ¿eran vehículos de la Embajada o vehículos arrendados a empresas chilenas colaboradoras de la CIA?
–¿En qué lugares y cuándo se alojaron los agentes durante su permanencia en Santiago, Iquique y otras ciudades del país?
–¿Cuáles fueron sus contactos con la ANI en Santiago, con los policías de Investigaciones y con funcionarios del Gobierno?
–¿Contaron con el apoyo logístico de otras embajadas, aparte de la de Estados Unidos?
–¿Qué han dicho sobre este tema los voceros del Gobierno, de la policía de Investigaciones, ministerio del Interior, Relaciones Exteriores?
Etcétera. Todas estas preguntas pueden originar a su vez otras interrogantes. Pero nadie las formula.
Ernesto Carmona
Ernesto Carmona es consejero nacional del Colegio de Periodistas de Chile y secretario ejecutivo de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (Ciap) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap). Ernesto Carmona es miembro de la Red Voltaire y del movimiento Axis for Peace.
Enlace a texto en Red Voltaire
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