Lester Brown, fundador del "Worldwatch Institute"
"La actual crisis alimentaria no es coyuntural"
Brown explica en Pekín que ya ha comenzado el "pánico alimentario" entre los más dependientes, y cree que la situación de India es "la más crítica" por el agotamiento de sus acuíferos
Rafael Poch | Pekín
La Vanguardia
El investigador estadounidense Lester Brown, fue el primero en apuntar que la urbanización de China crearía un problema alimentario mundial. El retroceso de la superficie cultivable en beneficio del asfalto, ciudades e infraestructuras, acabaría primero con la autosuficiencia alimentaria de éste país. Luego, las nuevas necesidades de importaciones de grano de la nación más poblada del mundo, crearían un problema de escasez global.
Los chinos se le lanzaron a la garganta. Demostraron, con números, que esa tesis era errónea y algunos hablaron de la conocida malevolencia occidental. En 1998, la cosecha china fue abundante, pero durante los cinco años siguientes fue inferior al consumo y ya hubo que importar. Hoy China es el principal importador mundial de soja -en parte para hacer lugar a cultivos, de maíz y trigo, más productivos- y reconoce en la salvaguardia de su superficie agraria uno de los problemas más delicados.
En 2003, Brown fue hecho miembro honorífico de la Academia de Ciencias China. Esta semana, el fundador (en 1974) del glorioso Worldwatch Institute de Washington y del Earth Policy Institute (2001), volvió a Pekín, donde se entrevistó con el viceministro de medio ambiente, Pan Yue, un activo abogado de las tesis de Brown en China. "Por desgracia", dice, "me hicieron muchas preguntas, sin que yo pudiera formularles las mías", explicó a un grupo de periodistas extranjeros, ante los que hizo un repaso de los problemas alimentarios globales del futuro más inmediato. A diferencia de 1997, a Brown ahora si se le escucha en China.
Los glaciares del Himalaya se están fundiendo a un ritmo más rápido que en cualquier otra parte del mundo. Esos glaciares alimentan los principales ríos de Asia (Yangztze, Ganges, Brahmaputra, Irrawady, Mekong…) y garantizan su caudal durante la época seca. Sin el aporte de su glaciar, el Ganges, por ejemplo, perdería el 70% de su caudal en época seca, y con el Río Amarillo pasaría algo parecido. Muchos de los ríos de Asia se convertirían en algo parecido a las rieras mediterráneas; ríos de estación que llevan agua cuando llueve.
El problema es que el 80% de la cosecha china y el 60% de la india, dependen de la irrigación. ¿Qué pasará con sus poblaciones, siendo China el primer productor mundial de grano e India el segundo (Estados Unidos, el tercero)?. "Lo que pase con el trigo y el arroz en China e India, es asunto que importa a todo el mundo", dice Brown, según el cual, "el estrés vinculado a la crisis alimentaria aumentará el número de estados fallidos en el mundo". Uno de ellos, Pakistán, es potencia nuclear, advierte.
Lo que está ocurriendo actualmente es, "la inflación global de precios alimentarios más grave de la historia; arroz, trigo, maíz, con precios doblados y hasta triplicados, lo nunca visto". En siete de los últimos ocho años, el consumo global de grano ha excedido la producción, lo que quiere decir que los stocks globales están bajando. Nunca habían estado tan bajos. "A diferencia de otras crisis del pasado, la actual escasez no es coyuntural, sino tendencial", y eso tanto por razones de demanda como de suministro; "por un lado, cada vez más gente que consume más, cada año añadimos 70 millones de personas. Y tenemos quizá 4000 millones que quieren subir en la cadena alimentaria, consumir más productos que precisan mucho grano; más leche y más carne. Por el otro, un masivo aumento de la demanda de grano dedicada a fabricar biocombustibles". Aunque se suele pensar que el nuevo apetito de una población china, cada vez menos pobre, es lo determinante, eso sólo responde de un incremento de 2 millones de toneladas al año. A su lado, Estados Unidos dedica 20 millones de toneladas anuales a producir etanol.
La crisis de la producción global de grano se debe a varios motivos. Algunos de los principales se derivan de la escasez de agua. El nivel de las aguas subterráneas está bajando en casi todo el mundo a causa de la sobreextracción. "En Arabia Saudí en 1976 se dieron cuenta de que eran muy vulnerables a un embargo alimentario, así que perforaron 800 metros hasta encontrar agua y ser autosuficientes en trigo. Treinta años después, su acuífero se está agotando y su producción de grano disminuye un 1,8% anualmente, y la previsión es cesarla para 2016. Lo mismo está pasando en Yemen. En India los acuíferos están bajando en casi todos los estados. El Banco Mundial estima que el 15% de la producción de grano indio (el alimento de 170 millones) es resultado de la sobreextracción de agua, y por definición, la sobreextracción es algo coyuntural, porque el agua termina por agotarse".
Otro motivo es la disminución de superficie cultivable por crecimiento de la urbanización, y otro el agotamiento del recurso a nuevas técnicas para incrementar la productividad. "Los japoneses, que son los productores de arroz más eficientes del mundo, dicen que se ha tocado techo tecnológico". El calentamiento global se añade a la situación; "por cada grado de incremento de temperatura, se espera cerca de un 10% de descenso en productividad", dice Brown.
"Lo que solemos olvidar es que la agricultura mundial, tal como existe hoy, evolucionó por un periodo de 11.000 años de considerable estabilidad climática, y que cuando el clima comienza a cambiar, la agricultura comienza a caer junto con su medio ambiente".
La crisis de escasez ha creado un "pánico alimentario" entre los países importadores de grano. La actitud de exportadores como Rusia, Argentina o Vietnam, restringiendo o prohibiendo sus ventas en reacción a la situación, aun incrementa más el fenómeno. Yemen, que depende en un 80% de importaciones, está intentando negociar en estos momentos un acuerdo de trigo a largo plazo con Australia. Filipinas padece una situación similar e intenta negociar un acuerdo a cinco años con Vietnam. Libia (90% de dependencia) está arrendando 100.000 hectáreas en Ucrania para lograr un suministro estable. Egipto está intentando un acuerdo similar. Corea del Sur busca hacer lo mismo pero en Siberia Oriental. India intenta arrendar tierra en Uruguay y Paraguay. China ya ha arrendado tierras en Kazajstán y estudia hacerlo en Birmania y otros lugares… "Es un capítulo completamente nuevo en el mundo, nunca habíamos visto algo así antes", dice Brown.
A nivel global vamos a presenciar situaciones insólitas, explica. En el norte de China se está explotando el acuífero más profundo, que cuando se acaba, ya no se recupera. Por ejemplo, en el escenario de una ulterior caída de la producción de grano en China, la solución será que ésta se dirija a Estados Unidos, primer exportador mundial de trigo y maíz, lo que impulsaría los precios. "Para Estados Unidos será tentador prohibir la exportación como hizo en el pasado, pero China tiene gran cantidad de valores de Estados Unidos, prácticamente es su banquero", dice, ilustrando posibles dilemas. La situación no tiene salidas "nacionales", sino que precisa, "decisiones globales". Cuatro de ellas son claras y deberán responder a estas preguntas; "¿Cómo combatir el calentamiento global?, ¿cómo impedir el empobrecimiento de grandes sectores de la población mundial?, ¿cómo controlar el aumento de la población?, y ¿cómo restablecer los sistemas naturales degradados?".
A corto plazo, India es "el país más crítico", por su dependencia de la sobreexplotación de su acuífero, mientras que China deberá concentrarse en la eficiencia de su utilización de las aguas. En los dos países más poblados del mundo, el agua está en el centro.
Brown, que fue funcionario de la administración de Estados Unidos, dice que ya estamos ante cambios institucionales importantes, incluso en Estados Unidos. "Wall Street", por ejemplo, "está dando la espalda al carbón", dice. Sin embargo, la crisis global será muy difícil de resolver sin un cambio de valores, especialmente de los valores de Wall Street. En su única consideración sociopolítica, Brown recuerda que en su país, "ninguno de los cambios importantes comenzó en Washington". Todo, desde el movimiento por los derechos civiles, hasta la campaña contra el tabaquismo, "nació desde abajo". Con los cambios que requiere la actual crisis pasará lo mismo, sugiere.
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