miércoles, 27 de agosto de 2008
Rusia reconoce independencia de Abjazia y Osetia
En lo que está derivando ya en la más grave escalada de tensión con Estados Unidos y sus aliados desde la desaparición de la Unión Soviética, Rusia reconoció este martes de modo oficial la independencia de Osetia del Sur y Abjazia, enclaves separatistas en el Cáucaso, con lo cual la integridad territorial de Georgia quedó en entredicho.
En cadena nacional de radio y televisión, tras reunirse con el primer ministro Vladimir Putin y el resto de los miembros del Consejo de Seguridad de Rusia en la ciudad de Sochi, en la costa del mar Negro, el presidente Dimitri Médvedev anunció que había firmado los respectivos decretos, una decisión –a su juicio– difícil, pero que es “la única posibilidad de salvar la vida de la gente (en Osetia del Sur y Abjazia)”.
Al exponer sus motivos, el mandatario ruso señaló: “El gobierno de Georgia, en violación de la Carta de Naciones Unidas, de los compromisos que asumió al firmar acuerdos internacionales, a contrapelo del sentido común desató un conflicto armado, causando muchas víctimas entre la población civil. Y la misma suerte esperaba a Abjazia”.
Médvedev está convencido de que Tbilisi “intentó realizar una guerra relámpago, que tenía como meta poner a la comunidad mundial ante un hecho consumado” y, además, “escogió la forma más cruel para alcanzar su objetivo: anexar Osetia del Sur al precio de exterminar a su pueblo entero”.
El titular del Kremlin recordó que en 1991 el entonces presidente de Georgia, Zviad Gamsajurdia, ordenó tomar por asalto Sujumi (capital abjazia) y Tsijnvali (capital surosetia), provocando una guerra civil que dejó un saldo de miles de muertos y refugiados hasta que Rusia detuvo la matanza.
“Nuestro país –dijo Médvedev– actuó de mediador y ofreció sus buenos oficios para introducir un contingente de pacificación, como pasos previos a un arreglo político, siempre respetando la integridad territorial de Georgia”.
Según el mandatario ruso, Georgia siguió otro camino al bloquear el proceso de negociación, pasar por alto los acuerdos alcanzados y realizar provocaciones políticas y militares, como atacar a las fuerzas de pacificación.
“Ahora es claro: Tbilisi nunca contempló entre sus planes encontrar una solución pacífica al conflicto. El gobierno georgiano se estuvo preparando metódicamente para la guerra, mientras el respaldo político y material de sus mentores extranjeros sólo incrementó su sensación de impunidad”, afirmó Medvediev.
Para el jefe del Ejecutivo ruso, la madrugada del 8 de agosto anterior el gobierno de Mijail Saakashvili “eligió el genocidio para alcanzar sus propósitos políticos”, con lo cual “acabó, con sus propias manos, con toda esperanza de convivencia de surosetios, abjazios y georgianos en un mismo Estado”.
Puntualizó Médvediev: “Los pueblos de Osetia del Sur y Abjazia, en repetidas ocasiones manifestaron en referendos el deseo de que sus repúblicas sean independientes. Después de todo lo que ocurrió en Tsjinvali, y de lo que se tenía previsto hacer en Abjazia, entendemos que tienen todo el derecho de decidir por sí mismos su futuro”.
Y tras anunciar que, tomando en cuenta “la libre expresión de la voluntad de los pueblos surosetio y abjazio”, firmó los decretos sobre el reconocimiento de la independencia de estas repúblicas separatistas, el titular del Kremlin exhortó a otros países a seguir el ejemplo de Rusia.
Medvediev dio instrucciones a la Cancillería de establecer relaciones diplomáticas con Osetia del Sur y Abjazia, así como de elaborar sendos tratados de amistad y cooperación, que presuponen instalar bases militares de Rusia en esas repúblicas. Mientras, el ejército ruso deberá “garantizar la paz” ahí.
No hay claridad respecto de qué va a pasar con los efectivos rusos desplegados en territorio de Georgia, en la “franja de contención” adicional que impuso Moscú al derrotado Tbilisi. Por ahora, no se han movido, aunque deberían replegarse a Osetia del Sur y Abjazia una vez que se les reconoció como estados independientes.
Tsjinvali y Sujumi recibieron con júbilo la decisión del Kremlin. A riesgo de dar credibilidad a la acusación de Georgia de que Rusia pretende realizar “una anexión abierta de territorios georgianos”, no se descarta que Moscú dé luz verde para que lleven a cabo, en el corto plazo, sendos referendos para formalizar la incorporación de ambas repúblicas a la Federación Rusa, aparte de que Osetia del Sur se una con la república rusa de Osetia del Norte.
En una entrevista al canal de televisión satelital Russia Today, que transmite en inglés y árabe desde Moscú, Medvediev afirmó no estar preocupado por las eventuales sanciones que pudieran aplicar Estados Unidos y sus aliados contra Rusia. “No tenemos miedo a nada, ni siquiera a la perspectiva de una nueva guerra fría, aunque no la queremos. Todo depende de la postura que asuman nuestros socios”, dijo.
En su opinión, “Occidente entenderá las razones de nuestra decisión, si es que quiere mantener buenas relaciones con Rusia”.
Juan Pablo Duch
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